Cultura deja vacante la dirección de la OCNE, mientras nombra a Josep Pons Director Honorario

La noticia había pasado desapercibida hasta ayer, cuando Cultura informó que le había concedido al director catalán el reconocimiento de Director Honorario de la institución. Esto es, un cargo sin responsabilidades y como premio, merecido, por su entrega y dedicación a un proyecto que ha ocupado la última década de su vida. ABC se puso en contacto con el músico ayer y éste confirmó que ya no estaba vinculado contractualmente a la OCNE. «Decidí no prorrogar mi contrato ante el adelanto de las elecciones generales» , que se anunció el 29 de julio. Antes de esto, Pons había acordado con Cultura prorrogarlo para poder pilotar la transición en busca de otro director, algo que finalmente no se ha producido.

Hay que recordar que antes de que Pons asumiera su cargo bicéfalo, tuvieron que pasar tres lustros para encontrar a la persona adecuada para llevar a cabo fuertes cambios en el interior de una institución conflictiva por sus reivindicaciones laborales y para la que hubo que crear un nuevo marco legal.

El director general del Inaem, Félix Palomero , en declaraciones a ABC, restaba ayer importancia a este vacío: «Queremos que la figura del director técnico de la OCNE tenga más peso en la toma de decisiones, pues está en contacto con el día a día y con los músicos», justificó. Para Palomero, la ausencia de un director artístico en este momento no es preocupante, «porque ahora se vive un clima de normalidad y la orquesta es sólida».

A lo que añadió que la responsabilidad de nombrar al próximo director artístico y titular «es tarea del nuevo Gobierno. Hacer cualquier otra cosa no hubiera tenido sentido». En cuanto al paso de Josep Pons por la OCNE, subrayó, es sin duda «uno de los momentos de la historia sinfónica de España más importantes».

Méritos que la propia ministra de Cultura en funciones, Ángeles González-Sinde, reconoce en el BOE, donde se notifica el nombramiento, al destacar que su labor ha permitido «profundizar notablemente en su dimensión artística y cultural», así como «ha incrementado su proyección internacional y ha experimentado un proceso de modernización sin precedentes». Una modernización que incluye el regreso a las grabaciones, aspecto que estaba paralizado desde los conflictos laborales, y la realización de giras.

Para Pons, estos nueve años al frente de la OCNE «han sido una aventura». Un periodo que ya ha bautizado con el nombre de «la experiencia de Madrid», de la que se siente muy orgulloso y de la que guarda muy buenos recuerdos. «Ha habido cosas en el Haber pero también en el Debe», indica, refiriéndose a que le hubiera gustado realizar algunos cambios estructuales. Con ello se refiere a la dificultad de convocar audiciones y crear empleo. «Nosotros dependemos de Cultura , Administraciones Públicas y de Hacienda», se justifica. «Pero de una manera global, estoy muy contento».

Este reconocimiento de carácter honorífico permitirá a Pons figurar en las plantillas y publicaciones del conjunto sinfónico adscrito al Ministerio de Cultura, sin que por ello conlleve responsabilidades ejecutivas o artísticas. «No implica nada». Ni siquiera su participación de una manera regular en las próximas temporadas. «Eso es una decisión que tiene que tomar el próximo director artístico». La conclusión de su contrato no le ha impedido dejar hechos los deberes, como diseñar la programación del próximo curso.

El próximo reto de Josep Pons será asumir, a partir de la próxima temporada, la dirección musical del Liceo.