Córdoba

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Dos minutos fatales

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Los errores de la zaga y la falta de definición en los últimos metros de los atacantes propician que el Córdoba rompa su buena serie de resultados tras perder frente al Guadalajara

Día 27/11/2011 - 09.36h

Parecía que el Córdoba se estaba olvidando de todos sus vicios, ésos que tanto daño le hicieron en el pasado. Sin embargo, en el Pedro Escartín de Guadalajara los recuperó en parte. Porque en una semana en la que se dijo la palabra ascenso y se enfilaba a un rival con dudas, terminó goleado. Porque, cumpliendo con su tradición, el Córdoba tropezó en lo más llano, sin que signifique que hubiera dejadez o desgana.

El Córdoba perdió, porque no supo aprovechar sus ocasiones y porque fue bastante generoso con el Guadalajara a la hora de concedérselas. Y como no hay rival pequeño, pues no hace falta decir mucho más, salvo que despreció una bonita oportunidad de estar más arriba en la clasificación. Tal vez, porque se utilizó la prohibida palabra ascenso. Por cierto, que el partido ya nació accidentado, puesto que el Córdoba sólo se llevó la camiseta burdeos y a instancias federativas se parecía a la del Guadalajara, que tuvo el detalle de no formar escándalos y utilizó su segunda indumentaria de color blanco.

En cuanto a las formaciones de salida, todo se ajustó a lo esperado. Nada nuevo en el Córdoba, ya que no hacía falta. Jémez contó con el equipo que mejores resultados y juego le dio hasta el momento en la temporada. Por lo tanto, nada imputable. Por su parte, Terrazas tampoco buscó una revolución, pese a que el «Depor», como se conoce al Guadalajara, comparecía después de acumular cinco semanas sin ganar. Respecto a los que formaron en Tarragona de inicio, sólo un cambio en la banda derecha, en la que Iván Moreno entró por Cristian Fernández.

Con esos condicionantes comenzó el partido en un campo que parecía algo más recortado de lo habitual. Es decir, que el Córdoba se sintió atrapado, incómodo y sin posibilidad de desplegar su fútbol. Sobre todo, porque el Guadalajara fue intenso, insaciable en su caza sobre el balón.

Aun así, no llevó demasiado peligro sobre la portería de Alberto García de inicio. Concretamente, sólo una llegada que fabricó Aníbal para Iván Moreno, que únicamente atinó a rematar con el muslo. Obviamente, la ocasión se malogró así. Pasado este trance, dio la sensación de que el partido cambiaba. El Córdoba tocaba algo mejor y hasta Borja tuvo un acercamiento, si bien su remate se fue muy alto.

Al menos, el Córdoba empezaba a templar. Pero eso, sólo empezaba, ya que le llegó una fase fatal. Tres minutos en los que el caos se apoderó del equipo para alegría alcarreña. Primero, una transición rápida entre Ernesto y Jonan sacó de sitio a Gaspar, quien vio una amarilla y no jugará ante el Alcoyano, y descolgó a Fuentes, que habilitó a Rodri. Éste sólo tuvo que empalar el centro del ex del Écija para hacer el 1-0.

Trató de disimular el golpe el Córdoba, pero las consecuencias fueron peores. Un mal control de Hervás permitió a Ernesto robarle el balón y desafiar en el mano a mano a Alberto, al que superó con estilo. El 2-0, curiosamente, sí despabiló a los blanquiverdes. Antes del descanso, pisaron el acelerador los hombres de Jémez. López Silva, Hervás y Patiño estuvieron cerca del gol. Sin embargo, el descanso dejaba a las claras que el margen para puntuar se reducía a 45 minutos y con un handicap de dos goles.

Por sensaciones, el Córdoba no empezó mal la segunda parte. Calcando lo visto en los últimos minutos de la primera parte, controló, dominó y rondó el gol en la portería de Saizar. Pero eso, sólo lo rondó. Definitivamente, no era la tarde de un Córdoba que volvió a ser blando en los últimos metros.

Porque en un abrir y cerrar de ojos lo intentaron López Silva, Patiño, Fuentes, Charles, Fernández. Sin embargo, no hubo más respuesta que la negativa. El Córdoba mandaba en la contienda en lo que hacía referencia al balón, mientras que su adversario se dejaba querer a la espera de que Ernesto o Aníbal aparecieran. Ése era el plan de Terrazas.

Jémez, visto que la cosa no funcionaba, retiró al desacertado Patiño para dar entrada a Díaz. Pero, casi a la nada de entrar el cuco, gol del Guadalajara. A Prieto le traicionó un bote del balón y Aníbal no perdonó ante Alberto. 3-0. Todo resuelto. Pero Jémez, siempre guerrero, mandó un mensaje a su equipo. El de la dignidad hasta el último suspiro, evitar eso de dejarse llevar. Y acabó el partido con un defensa menos en la formación y jugando al ataque.

El encuentro estaba roto, pero el Córdoba no se fue hasta que pitó Sureda Cuenca el final. Díaz fue el encargado de marcar, algo que le reforzará el ánimo golpeando en seco un balón ante el que nada pudo hacer Saizar. Era en el minuto 89. No quedaba tiempo para mucho más. Porque el Córdoba en sólo dos minutos fatales confirmó que sigue siendo él. Y que todavía se cae en lo más llano.

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