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El robo de un coche desató la persecución policial y el tiroteo en Arganzuela

Un policía de paisano lo confundió con un secuestro exprés. Ayer murió el herido de un disparo en la cabeza

El robo de un coche desató la persecución policial y el tiroteo en Arganzuela abc

M. J. ÁLVAREZ/ C. HIDALGO

Nada de secuestro exprés . Los dos delincuentes tiroteados por la Policía Local de Getafe el lunes tras una persecución que acabó en Arganzuela forcejeaban con el dueño del coche robado que conducían. Así lo aseguraron ayer a ABC fuentes de la investigación, horas después de que uno de los ladrones muriera por el impacto de bala que recibió en el cerebro . Su compinche está fuera de peligro, aunque continúa ingresado en el Gregorio Marañón. Se da la circunstancia de que este individuo, Roberto García Castilla, que tiene tantos antecedentes como años, 28, fue detenido en enero pasado por la muerte de un repartidor de prensa en Parla . Entonces, él y otro ladrón intentaron robarle su furgoneta, y la víctima recibió un golpe mortal al caer de su vehículo que provocó su fallecimiento días después.

Mientras, el Grupo X de Homicidios está acabando de practicar las diligencias de este insólito suceso, en las que ha tomado declaración a los cuatro policías locales que tuvieron una participación más activa en el caso. Hoy se trasladará toda la instrucción al titular del juzgado número 41 de Madrid, que se hará cargo del sumario.

Reconstrucción inicial

Durante toda la jornada del lunes, fueron numerosas las lagunas y contradicciones en las distintas versiones de los hechos acaecidos a partir de las diez y media de la mañana. Ayer, diversas fuentes apuntaron a ABC la reconstrucción inicial de lo que al parecer sucedió: fue un policía local getafense fuera de servicio quien observó algo extraño en la calle del Pintor Rosales; dos hombres forcejeaban con un tercero.

El funcionario creyó que los dos delincuentes metían a la otra persona en el vehículo y pensó que se trataba de un secuestro exprés. Entonces, telefoneó a sus compañeros de la Policía Local. Les avisó de lo que ocurría, facilitó las características del coche (un Citroën C3 de color blanco), su matrícula y la dirección por donde se habían ido. Pasaron la placa por la base de datos y aparecía sustraído. La denuncia, aún en vigor, había sido interpuesta el día 16 en Usera.

Sin embargo, lo que había visto el policía era algo muy distinto. El propietario del turismo se acababa de llevar la sorpresa de su vida: el coche que le habían robado cinco días atrás estaba allí y en él se encontraban los dos cacos que se lo sustrajeron, a los que reconoció perfectamente.

El hombre no se amilanó, quería recuperar su vehículo y les plantó cara, pero los delincuentes le respondieron con violencia, siempre según las investigaciones preliminares. Los ladrones huyeron con el vehículo, que tenía las llaves puestas, pero no secuestraron a nadie. Escaparon hacia Madrid sin rehén alguno.

Temeridad al volante

Lo cierto es que tres coches patrulla de la Policía Local de Getafe salieron en busca de los atracadores. Una vez localizados, comenzó la persecución, que se prolongó durante casi 15 kilómetros. Los delincuentes callejearon intentando darles esquinazo. Luego, se metieron en la carretera de Toledo (A-42), en dirección a Madrid.

Su temeridad al volante era peligrosísima. No en vano, se trataba de un par de toxicómanos instalados desde hace años en el delito. Su drogodependencia les había llevado a vivir en la Cañada Real Galiana y a nutrirse de atracos de este tipo. Vendían los vehículos sustraídos a organizaciones criminales del poblado y así se costeaban sus dosis.

La persecución se prolongó durante una media hora. El Citroën entró en Madrid y los agentes dieron aviso a la sala del 091, como establece el protocolo, al salir de su demarcación . El vehículo sospechoso recorrió el paseo de Santa María de la Cabeza y enfiló la calle de Canarias. Los policías locales les acorralaron.

El final de la historia ya es sabido. Los malhechores intentan escapar y dan marcha atrás, tratando de arrollar a dos agentes de una de las patrullas. Un funcionario policial creyó ver cómo uno de los sospechosos sacaba un arma de fuego y les apuntaba. En un acto de defensa propia, como alegaron ante Homicidios, dispararon entre 10 y 15 ocasiones .

Sin embargo, los delincuentes no portaban armas de ningún tipo. Al parecer, según indicaron algunos testigos, el conductor sacó la mano por la ventanilla en un gesto hacia la Policía Local para avisarles de que iban desarmados. De cualquier modo, los vecinos de la calle de Vara de Rey declararon que la actitud de los ladrones fue muy violenta. Las embestidas, hacia adelante y hacia atrás, con el coche robado eran brutales. Fuentes policiales insistieron en la peligrosidad de estos dos sujetos, sobre los que pesaban también antecedentes por atentado contra la autoridad.

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