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Guía para interpretar el hemiciclo del 21-N

Los resultados en Cataluña y Andalucía, el retorno «batasuno» y el futuro del PSOE condicionarán el nuevo Congreso

Guía para interpretar el hemiciclo del 21-N POOL

ABC

España afronta a partir de hoy su undécima convocatoria a las urnas para unas elecciones generales bajo una atmósfera a priori determinada por la demanda ciudadana de un cambio de rumbo político. Si esta noche, cuando cierren los colegios electorales y comience el escrutinio y recuento de votos, se confirman los datos avanzados de manera unánime por las encuestas, el PP retomará el poder después de dos legislaturas en manos del PSOE. Atrás quedarán casi ocho años de un polémico mandato, durante el que España está sufriendo las consecuencias de su crisis económica más profunda en democracia. Por delante queda la difícil gestión de las respuestas a esa crisis, cuyo termómetro ha situado en su marca más dramática —cinco millones— una cifra inédita de desempleados. La interpretación del escrutinio de hoy pasa por las siguientes claves:

«Vuelco» en Andalucía

Fin a tres décadas de poder absoluto

Andalucía es el «feudo» electoral del PSOE por excelencia. Nunca en democracia ha gobernado ningún otro partido excepto el PSOE. Su actual presidente, José Antonio Griñán, arriesgó meses atrás decidiendo no convocar los comicios autonómicos con los generales, como era tradicional, para ganar tiempo y marcar distancias y salir así indemne del «efecto contagio» con el que el desgaste de Rodríguez Zapatero en Moncloa ha castigado al resto de autonomías socialistas. Hoy los sondeos pronostican que el «vuelco» es probable y que, por primera vez, Andalucía podrá tener en primavera un Gobierno del PP. La asignación de escaños de esta noche en Andalucía será la base para poder extrapolarlos a los hipotéticos resultados de las autonómicas.

Cataluña, determinante

La campaña de Chacón, en «clave nacional»

Los demoledores efectos de la desactivación que sufrió el tripartito —PSC-ERC-ICV— en Cataluña tras el triunfo de CiU en las elecciones autonómicas no han permitido rearmarse aún al socialismo catalán. A la espera de un congreso que promete resultar conflictivo, el PSC sigue artificialmente en manos de José Montilla. Carme Chacón no quiere ser primera secretaria del PSC porque probablemente aspirará a la secretaría general del PSOE, y el liderazgo futuro de este partido es una incógnita. Hoy la cifra de 25 diputados que el PSC entregó al PSOE en 2008 sufrirá probablemente un severo recorte, en favor de CiU y del PP. De la magnitud de ese recorte depende buena parte de la suerte de la candidatura de Pérez Rubalcaba porque un derrumbe del PSOE en Andalucía y Cataluña hacen inviable cualquier opción de triunfo electoral.

Regreso de los «batasunos»

Amaiur, en las instituciones

Tras el aval del Tribunal Constitucional el pasado mes de mayo a la coalición Amaiur —la antigua Batasuna más Eusko Alkartasuna y una escisión de Izquierda Unida en el País Vasco— para su acceso a Diputaciones y Alcaldías, los «batasunos» retornarán de nuevo al Congreso de los Diputados, donde en 1989 llegaron a disponer de hasta cinco escaños. Su estrategia para superar la ilegalización de los sucesivos brazos políticos de ETA y dar por superada de facto la vigencia de la Ley de Partidos pasa ahora por regresar a la política nacional para, después, dar su paso «definitivo» —así lo denominan— hacia la Lendakaritza. El triple empate a cuatro diputados que pronostican algunos sondeos entre PSE, PP y Amaiur podría dejar al PNV sin grupo parlamentario propio e inmerso en una profunda crisis interna.

Los 125 escaños de Almunia

El PSOE, hacia un nuevo liderazgo

Sólo un resultado, apenas contemplado en las encuestas, que permitiese al candidato socialista Pérez Rubalcaba atribuirse una «derrota digna» por encima de los 125 escaños logrados por Joaquín Almunia en el año 2000 le daría oxígeno para plantear batalla ante el reto que encara el PSOE de renovar su liderazgo. Cualquier derrota por debajo de esa cifra —sería en ese supuesto la peor de la historia reciente para los socialistas— abocará al PSOE a un complejo y cruento proceso de renovación interna.

Atomización de minoritarios

El Grupo Mixto más nutrido

La probable fuga de tradicionales votantes del PSOE no sólo al PP, sino a otros grupos minoritarios de distinto signo, conllevaría una atomización del reparto de escaños en el hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo y la conformación de un variopinto Grupo Mixto. En él podrían llegar a coincidir —en función de los resultados— desde el PNV hasta el Foro de Álvarez Cascos, pasando por ERC, CC, UPyD, Amaiur, BNG e incluso por Equo, que aspira a obtener un escaño por Valencia. Más allá de su distribución definitiva, su papel sería muy poco relevante en caso de una mayoría absoluta del PP.

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