Rubalcaba deja abierto su futuro en el PSOE
El candidato acusa al PP de «estrujar el limón de la crisis para sacar los últimos votos»
LAURA L. CARO
«Hasta el 20 de noviembre voy a ser el líder de PSOE, luego veremos los propios militantes lo que hacemos». Con estas palabras, Alfredo Pérez Rubalcaba esquivaba ayer una avalancha de preguntas sobre cual será su futuro si el domingo no gana las elecciones, ... y no lo despejaba quizás porque la respuesta dependerá de la dimensión de esa derrota que auguran todas las encuestas. El candidato ya ha dejado claro en esta campaña que la noche electoral no se irá, supere o no la línea roja de los 125 diputados que en 1996 llevaron a Almunia a dimitir. Pero el día después es otra cosa.
Ayer rehusó tres veces decir si se pondrá al frente del partido si no consigue un buen resultado. En una entrevista radiofónica, negó haber hablado nunca de aspirar a la Secretaría General del PSOE porque es «muy prudente», y tampoco quiso despejar si será el jefe de la oposición. Contestó enigmático, —«que seguiré en uno y otro sitio téngalo por seguro»—, y subrayó que su programa ha sido diseñado para marcar «los ejes por los que debe ir la actuación del PSOE en los próximos cuatro años». Sí dio a entender que pase lo que pase seguirá «arrimando el hombro», aunque no que vaya a hacerlo desde la primera fila de la política.
«Ahora soy candidato y voy a hacer el máximo esfuerzo. No pienso en otra cosa», reivindicó Rubalcaba para centrar la atención en la campaña en la que sigue inmerso, y que anoche le llevó hasta Baracaldo (Vizcaya). Allí, el número uno al Congreso por la circunscripción, Eduardo Madina, le saludó con un efusivo «bienvenido a las calles de Euskadi libre», y después el lendakari, Patxi López, le rindió otra vez honores por el comunicado de ETA: «Los vascos te debemos buena parte de nuestra libertad». Destacables fueron dos referencias al PP: «Solo han sabido decir sí a la guerra para jugar a dioses con las vidas ajenas», frase de López, y una acusación de Rubalcaba: «Solo les importa estrujar el limón de la crisis para sacar los últimos votos».
Por la mañana, el candidato se reunió en Madrid con economistas a la par que amigos como Cristina Narbona y Carlos Solchaga, el ministro Valeriano Gómez o Javier Solana, que dijo sentirse «apelotao» ante la «madurez» del diagnóstico económico que hizo Rubalcaba. Emilio Ontiveros le retrató como una persona con «las habilidades y oficio» que requiere la crisis.
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