Casillas, camino del número uno

Once años después continúa siendo una persona sencilla, convertida en un ídolo internacional por el aura de éxitos que ha acumulado a lo largo de veinte años, desde que entró en los benjamines de su club. Frente a Costa Rica estableció ayer una nueva plusmarca nacional. Disputó su partido 127 con España . Le quedan cuatro objetivos para erigirse en el número uno de Europa. El holandés Van der Sar suma 130. Su amigo Cannavaro jugó 136 veces con Italia. Thuram escuchó 142 veces la marsellesa. Y Lothar Matthaus vistió en 150 ocasiones los colores blanquinegros. Íker Casillas (Móstoles, 20-5-1981) piensa superarlos a todos.

Este portero ha roto el molde de los ídolos del deporte. Quizá sea demasiado buena persona para alcanzar récords y títulos. Lo ha conseguido con ese carácter opuesto al divismo. Otros profesionales logran marcas a costa de ir pisando las cabezas de sus rivales. El madrileño es todo lo contrario . Su deportividad ha significado que no disputara 26 partidos con España en estos once años de andadura. Aceptó con buen talante que los seleccionadores alinearan a otros guardametas cuando él ya era titular. Había que dar partidos a sus compañeros. Si hubiera sido menos elegante, más exigente, egoísta, hoy habría mejorado ya la plusmarca de Matthaus . Esa virtud ha sido otro punto culminante del buen ambiente de nuestro equipo nacional. El capitán es el primero que da ejemplo.

Arbeloa manifiesta que está tocado con la varita que señala a los mejores sobre los demás. «Es un elegido». Cuando detuvo el penalti a Cardozo en el duelo frente a Paraguay, toda España creyó que la conquista de la Copa del Mundo era una meta posible. Cuando despejó con el tobillo el disparo de Robben, en la final, los españoles pensaron en la aureola especial de «San Íker», ese santo deportivo que ya era patrón del Real Madrid desde que despejó con los pies, en 2002, dos remates de gol del Bayer Leverkusen. Aquellas dos paradas le dieron la novena Copa de Europa al conjunto blanco. Ocho años más tarde, el penalti detenido ante Cardozo destrozó el muro de las lamentaciones de nuestra selección para reflexionar que el triunfo era factible. El guardameta ha comentado que fue Reina, el hombre oscurecido por su brillo, quien le dijo que Cardozo solía lanzar las penas máximas por el lado izquierdo. Así fue. Su parada permitió a España superar la obsesión de los cuartos de final , esa que nos perseguía desde el Mundial de Brasil 1950, cuando fuimos cuartos.

Su mano a mano, tobillo a tobillo con Robben, en la final ante Holanda, supuso el salto de calidad de un equipo que debió obtener la Copa del Mundo y la segunda Eurocopa mucho antes, como subraya Del Bosque.

Casillas también fue decisivo en la Eurocopa 2008. Todo el mundo recuerda el gol de Torres. Nuestro equipo traspasó los cuartos de final gracias a dos paradones de Casillas, frente a De Rossi y Di Natale, en los penaltis contra Italia .

Esas actuaciones dieron títulos. La estrella del portero, sin embargo, había nacido mucho antes. En el Mundial 2002 ya era ídolo. Fue el culpable de que España ganara en octavos a Irlanda (1-1). Detuvo una pena máxima en el partido y dos en la tanda final (3-2). Luego, el arbitraje ante Corea del Sur nos venció. Con el tiempo, el fútbol hizo justicia. A España y a Íker.