Las autoridades sanitarias británicas recomiendan ser cautos a la hora de someterse a este tratamiento de medicina estética. La práctica puede ser perjudicial si no se siguen algunos consejos
Son muy monos y regalan una agradable sensación en los pies, pero los «garra rufa », peces usados para hacer la pedicura como última moda en medicina estética , podrían llegar a transmitir enfermedades muy peligrosas como el sida y la hepatitis ... C.
La Agencia británica para la Protección de la Salud (HPA) , tras una investigación desarrollada durante seis meses sobre esta práctica de origen turco, ha determinado que el tratamiento puede ser perjudicial para la salud si no se tienen en cuenta ciertas recomendaciones. Los riesgos, aunque poco probables , existen.
Estos peces nadan en aguas termales donde se sumergen todo tipo de pacientes. A través de los mordiscos de los animales, bacterias y virus pueden ser transmitidos de unos clientes a otros. De ahí que ya hayan sido prohibidos en algunas zonas de EE.UU. y Canadá.
Personas con diabetes o psoriasis tienen un riesgo mayor de infección
Las autoridades británicas ofrecen una serie de consejos para no jugársela a la hora de probar la exitosa pedicura. La HPA la desaconseja, por ejemplo, en personas con diabetes o psoriasis -por tener un riesgo mayor de infección- o aquellas con Hepatitis B o VIH que serían susceptibles de transmitir esos virus durante el tratamiento .
La agencia recomienda, además, elegir un centro de belleza que cumpla con unas mínimas garantías sanitarias y avisa de que es importante que los empleados del mismo lleven a cabo un exhaustivo análisis de los pies del cliente para comprobar que este no tiene ningún corte ni herida antes de introducirse en el agua.
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