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Esto no es Bollywood

Este domingo, ABC ofrece por un euro «Slumdog Millionaire», deslumbrante filme dirigido por Danny Boyle y que resultó el gran triunfador de la ceremonia de los Oscar 2008 con ocho estatuillas

Esto no es Bollywood

j. c.

Danny Boyle, esa curiosa mezcla entre Terenci Moix y Rumpelstiltskin según DreamWorks, ya tenía unos cuantos añitos de mili a sus espaldas cuando le tocó el gordo de Hollywood con una historia sobre concursos y mecánicas del azar, en el fondo tan envenenados como en «La lotería» de Shirley Jackson. Porque lo que «Slumdog Millionaire» viene a decir es que las diosas de la fortuna y los leprechauns de la suerte solo te acariciarán la testa si has pasado una vida miserable y estresante que tendrás que recordar en un plató de televisión en «prime time». Justo lo que le ocurre a Jamal Malik, un huérfano de los arrabales de Bombay al que se le van encendiendo las bombillas de su trepidante biografía según va escuchando las preguntas del atildado presentador de la versión india del famoso «¿Quién quiere ser millonario?».

Boyle, perro viejo que venía de dar unos cuantos bandazos en falso pero en la dirección correcta (terror apocalíptico en «28 días después», fábula neodickensiana en «Millones» y ciencia-ficción cegadora en «Sunshine»), y que también se dejó asesorar por la cineasta india Loveleen Tandan, mezcló hábilmente tintas propias (esa escatología a lo «Trainspotting») y ajenas («Ciudad de Dios» en versión ligera y digerible para los académicos de Hollywood, nada de torturas excesivas a los niños pobres y parias) para tapizar de oro las baldosas color ocre de la India profunda que le conducirían a su particular País de Oz.

La generosa diosa fortuna

Ocho Oscar, ocho (película, director, guión adaptado, fotografía, banda sonora, canción, montaje y sonido) de diez nominaciones se llevó «Slumdog Millionaire», beneficiándose del perfil pelín «impopular» del resto de las multinominadas («El lector», «La duda», «El desafío», «Harvey Milk», «Benjamin Button»...) y de las ansias de una sociedad en crisis de lavarse la cara con una historia con moraleja esperanzadora y exaltación del héroe anónimo a golpe de 20 millones de rupias. Puede decirse que Boyle estuvo en el momento justo y en el lugar exacto. De remate, Hollywood también empezaba a interesarse por Bollywood, aunque esta película poco tiene que ver con los tópicos de filmes coetáneos como «La boda del Monzón», «El gurú del sexo», «Bodas y prejuicios» o «La joven de las especias». Pero como tampoco es «El río» ni «Trilogía de Apu», combate en tablas y todos contentos.

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