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«¿Volviste, Evita?»

Eleonora Cassano, protagonista del ballet «La Duarte», recreó ayer la visita de Eva Perón a Madrid en 1947

«¿Volviste, Evita?»

JULIO BRAVO

«¿Volviste, Evita?» En la Gran Vía, a la altura de Chicote, un asombrado paseante se restriega los ojos. Delante de él, Eva Perón saluda a la gente subida en un largo Cadillac Eldorado Biarritz de color malva metalizado. Viste un traje de chaqueta de cuadros y abrigo de pieles. Junto a ella, un uniformado Juan Domingo Perón. Les escoltan seis motoristas a lomos de máquinas Sanglas, Guzzi, BMW... Pero claro, en realidad Evita no ha vuelto. Tampoco se trata, como algunos podían pensar, del rodaje de una película. Es simplemente la recreación del viaje que Eva Duarte de Perón realizó a España en junio de 1947; es Eleonora Cassano, bailarina que a partir de mañana, y hasta el día 16, protagonizará en los teatros del Canal «La Duarte», un ballet basado en la vida de la primera dama argentina. Le acompaña Julio Arias, el bailarín que interpreta al que fuera presidente de Argentina.

«Madrid desbordó su cordial entusiasmo hacia la esposa del presidente argentino durante las dos primeras jornadas de su estancia en España», titulaba la crónica de ABC (Eva llegó a Madrid un domingo, pero entonces los lunes no se publicaban los periódicos, por eso se recogían dos días en el periódico del martes 10 de junio). Y es que, como recoge la fotografía que fue portada de ABC, Madrid se volcó con Eva Perón; no era para menos, porque aquel viaje era un alivio para el régimen franquista, aislado internacionalmente en aquellos momentos. El fundamental apoyo económico y la mediación ante los foros internacionales justificaban totalmente que el Gobierno franquista se volcara en aquella visita.

Los turistas y madrileños que paseaban ayer por la mañana por la plaza de Oriente se encontraron con una estampa inusual: una mujer menuda, rubia, y un militar, saludaban desde un lujoso y cuidado cadillac a un nutrido grupo de fotógrafos y cámaras de televisión. «¿Qué es, una película?», preguntaba una mujer. «Es para una obra de teatro», contestaba Sandra, la productora del espectáculo.

Poco después de las once de la mañana, el cadillac arrancó; detrás, en un autobús turístico, un grupo de periodistas. La comitiva, escoltada por policías municipales, avanzó por la calle Mayor, cruzó la Puerta del Sol, y entró en la Carrera de San Jerónimo. Allí, alguien gritó desde la acera: «¡Viva Eva Perón!» Eleonora / Evita gira el rostro y con la cabeza muestra su agradecimiento. Mucho ha cambiado el Madrid que vio Eva Perón en 1947, pero algunos comercios resisten, como Lhardy, ya un emblema en el Madrid de la posguerra.

Tras la Carrera de San Jerónimo, la calle Cedaceros, Alcalá y la Puerta del Sol. De allí vuelta hacia Alcalá para enfilar la Gran Vía. Y después, un recorrido menos nostálgico —calles Princesa, Isaac Peral y Cea Bermúdez— hasta llegar a los teatros del Canal. «Fue muy lindo —dice Eleonora Cassano, con el brazo derecho acalambrado de tanto saludar—. Increíble, una emoción irrepetible».

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