Frenazo a Benzema

Karim Benzema es definitivamente baja contra el Español. El delantero se encontraba entre algodones desde que fuera sustituido el pasado martes ante el Ajax y ayer los servicios médicos blancos confirmaron que se perderá el partido de Cornellá «por una rotura fibrilar en el abductor largo del muslo izquierdo». Inoportuna lesión que corta la progresión de un futbolista decidido a que ésta sea la temporada de su consagración definitiva en el Real Madrid.

En el duelo de Liga de Campeones, el público del Bernabéu celebró por todo lo alto lo que Florentino Pérez esperaba con impaciencia desde 2009. Ese año aterrizaron Cristiano Ronaldo, Kaká y Benzema, triplete de estrellas que no había visto puerta en un mismo partido hasta que los holandeses se cruzaron en su camino. Para gozo de un presidente que siempre ha confiado en él a pesar de las críticas de parte de la afición por su bajo rendimiento en el césped, el francés cerró el círculo al poco de comenzar la segunda mitad, pero tuvo que retirarse al vestuario antes del pitido final al sentir un pinchazo en el aductor. No quiso arriesgar y acertó. La resonancia magnética a la que fue sometido ayer confirmó una rotura fibrilar que le obligará a perderse el compromiso ante el Español, así como los dos próximos encuentros de su selección después de que Laurent Blanc le convocara para enfrentarse a Albania y Bosnia. Una lista en la que no figura su compañero Varane. El defensa trabajó en solitario en el gimnasio durante la sesión matinal, pero su presencia ante los catalanes esta garantizada.

Tras una pretemporada de ensueño en la que se convirtió en el máximo goleador del equipo, Benzema había convencido a un Mourinho que le consideraba recuperado totalmente para la causa y que se frotaba las manos después de sus tres tantos en Liga (solo cinco menos que los logrados en la campaña de debut) y del estreno en Champions ante el Ajax. Capacidad realizadora a la que el futbolista ha unido la capacidad de sacrificio que su entrenador le demandaba con insistencia desde su llegada al banquillo. El portugués creía haber tocado la tecla acertada con el delantero y antes del comienzo del campeonato había confesado a sus íntimos que «lo tiene todo para hacer una gran temporada». Mañana no podrá contar con él en Cornellá para comenzar la presión en campo rival, aunque confía en que se recupere a tiempo para el próximo partido, ante el Betis dentro de quince días.

A pesar de este contratiempo, Mourinho no pierde la sonrisa y ayer sorprendió a su plantilla al organizar una barbacoa después del entrenamiento celebrado en Valdebebas. Jornada de convivencia que, según explicó el club en su web, tuvo como objetivo reforzar la unión de los jugadores y el cuerpo técnico.