Ramón Luis Valcárcel: «Soy ministrable por viejo»
«Las diputaciones sin función, si han de desaparecer, que desaparezcan»
MONTSERRAT LLUIS
El Real Madrid, Miguel Indurain, Rafael Nadal... y Ramón Luis Valcárcel . Pocos más pueden presumir en España de ser pentacampeones y de haberlo conseguido, además, de forma consecutiva y en competiciones del máximo nivel. El presidente de Murcia ha ganado cinco veces ... seguidas las elecciones de su comunidad . Y más difícil todavía: mejorando su propia marca en cada intento hasta lograr el récord nacional. El 22 de mayo volvió a barrer: obtuvo el 58,8% de los votos, el mayor porcentaje entre los candidatos autonómicos. Se impuso en los 45 municipios de la región con una derecha imbatible y unas salidas dialécticas que no consiguen neutralizar ni en Genova.
A dos meses de cumplir 57 años, el fenómeno Valcárcel advierte que seguirá dando titulares a la prensa, disgustos a la oposición y algún sobresalto a su partido. Me encuentro con «una fortaleza física e intelectual magníficas», asegura. Tanto, que incluso podría ser fichado para un próximo equipo de Mariano Rajoy . «En política nunca se debe decir de este agua jamás beberé», echa balones fuera el presunto ministrable, que sí tiene claro que el PP se lo llevará por goleada, con mayoría absoluta, el 20 de noviembre.
—Los nuevos presidentes autonómicos del PP acusan a sus predecesores de dejarles una comunidad arruinada por su mala gestión. En su caso, lleva 16 años en el Gobierno de Murcia pero las cuentas públicas tampoco están saneadas. ¿A quién echa la culpa?
—Tendré que responsabilizarme a mí mismo... (ironiza) En 1995, cuando llegué a la presidencia, Murcia era la décima región menos endeudada. Hoy somos la cuarta, lo que significa que, a diferencia de Gobiernos de Extremadura o Castilla La Mancha —por cierto, todos ellos socialistas—, hemos reducido el endeudamiento. Además, la población ha crecido y hemos modernizado Murcia. Luego estamos haciendo más con menos desde el 95.
—¿Murcia necesita una televisión autonómica que cuesta 47 millones?
—Tras el tijeretazo al gasto corriente, cuesta 27 millones. Es la autonómica más barata y, de hecho, se han fijado en ella algunas otras regiones que quieren continuar con la tele sin que les cueste mucho. ¿Es necesaria? Nació en 2006, cuando no cabía hacerse esta pregunta. No había crisis. Jamás me habría planteado hacerla en este momento y circunstancia. Pero ya existe y son 27 millones en un presupuesto de 4.000. Tampoco parece un gran porcentaje, aunque es dinero.
—¿No se ha plantado cerrarla o privatizarla?
—No, pero le diré algo y no es una frase lapidaria: antes de cerrar un quirófano, cerraré la televisión. No me dolerán prendas en hacer todo lo que tenga que hacer para garantizar las atenciones básicas al ciudadano.
—Como historiador que es, ¿cree que Zapatero ha sido el peor presidente de la historia de España?
—Lo afirmo rotundamente. Con conocimiento de causa y sufrimiento como un español más, porque realmente ha sido un desastre.
—¿Con quién lo compararía?
—Eso es lo peor de todo. Siendo historiador, no encuentro comparación posible. Es una cosa realmente increíble. Me viene a la mente Godoy, pero tampoco quiero hacer leña del árbol caído. Es lo mas parecido a aquel nefasto ministro del nefasto Fernando VII.
—¿Y cómo definiría a Rubalcaba?
—Rubalcaba y Zapatero son una misma cosa. Rubalcaba ha sido el inspirador de muchas estrategias y, por tanto, de muchas políticas de Zapatero. En todo cuanto se ha hecho en este nefasto gobierno, Rubalcaba ha tenido mucho que decir, mucho que hacer y mucho que ver. Uno es calvo y el otro, no. No hay mas diferencia.
—Al final, impuesto de Patrimonio.
—No entiendo mucho por qué ahora Rubalcaba descubre que podía subir los impuestos a los ricos. ¿Y que ha estado usted haciendo, alma perdida? Si no los hubiera subido a nadie, ahora diríamos: hombre, es una opción. Pero después de asaltarnos a todos, se le ocurre que los ricos podrían pagar más.
—¿Entonces los subimos a todos?
—Hay dos formas de ver las cosas. Una es subida de impuestos, yo lo dejo en eso, ni ricos ni pobres. Y la otra es no subamos impuestos. Ya lo decía Aznar. Si el ciudadano dispone de mas dinero porque paga menos impuestos, hay más consumo. Si hay más consumo, hay más producción. Si hay más producción, hay más pagos de impuestos porque produzco más y vendo más. Es la filosofía del PP, que desde luego no está en fase de experimentación. La hemos llevado a la práctica y ha dado excelente resultado.
—¿Necesitamos diputaciones?
—Soy partidario de una profunda revisión de las diputaciones, ver cuál es su función y, allí donde no exista tal cometido, si han de desaparecer, que desaparezcan. No pasa nada. Sé que no es compartido por mi partido, pero no deja de ser mi criterio. A lo mejor habrá que idear una especie de dirección general, a la que se unan mancomunidades para optimizar los servicios sociales, turismo... Pero sin duplicidad de competencias.
—Si fuera presidente de España...
—Dios me libre de esas cosas. Ja, ja...
—...¿Qué tres medidas económicas adoptaría de entrada?
—Crear empleo. Generar más confianza. Que haya más recursos en manos de la sociedad. Es la mejor manera de consumir más, producir más y, por tanto, generar más empleo. Pero para esto es imprescindible una reforma laboral pactada con todos los agentes, una reforma energética y, lejos de decir cosas tan llamativas como subir impuestos a los ricos para buscar el titular, una reforma fiscal de verdad, seria. Y por supuesto, ordenar el sistema financiero.
—¿Qué hacemos con la Sanidad?
—Mantenerla contra viento y marea. Sanidad, educación y servicios sociales son sagrados en un Estado de bienestar. Nunca se debe dar un paso atrás.
—¿Rajoy aplicará estas políticas?
—Estoy convencido, porque pertenezco al mismo partido de Rajoy, hablamos mucho y estamos en la línea de defender lo que defendemos todos.
—¿Es el mejor candidato del PP?
—Para mí, sin duda. He apostado por él en todo momento desde el día de 2004 en que decidimos que sería nuestro candidato. Desde entonces y hasta hoy, han pasado muchas cosas, todos sabemos que alguien habrá tenido dudas, pero yo jamás he tenido la mas mínima. Es la persona ideal.
—¿Podrá sacar a España de la crisis?
—Sí, ya lo demostró cuando fue vicepresidente. Es un hombre con capacidad de negociar, sereno a la hora de tomar decisiones y al mismo tiempo con una contundencia y eficacia absolutas.
—¿Bastará una legislatura?
—Probablemente, no. Es muy importante que a nivel internacional las cosas vayan mejor, pero seguramente una legislatura sea insuficiente.
—Usted, que es vicepresidente del Comité de las Regiones de la UE, sabrá bien cómo nos ven fuera.
—Mejor no pensarlo. No somos un país serio ante el resto de Europa. Zapatero ha titubeado mucho. Un día, la inspiración de Rubalcaba era: «Hay que generar estabilidad en el empleo». Dos meses después, lo contrario: los contratos basura. Estos bailes de la yenka no pueden generar nunca confianza alguna.
—¿Le gustaría estar en ese posible Gobierno de Rajoy?
—Me he presentado ya no sé cuántas veces, creo que cinco, a gobernar Murcia porque es un proyecto con el que me identifico, me entusiasma y quiero seguir. Es mi tierra. Mi gente. La política es como una estancia con muchas puertas. Y un día decidí entrar por ésta, que me trajo a una sala que, a su vez, me puede llevar a otras. En política nunca se debe decir de este agua jamás beberé. No lo voy a decir, pero me reafirmo en que mi voluntad, mi ilusión, mi vocación, permítame, mi devoción, se llama Región de Murcia.
—¿Si Rajoy le abre esa nueva puerta?
—Pues, mire, no me voy a poner yo ahora aquí estrecho... Habrá que escuchar, ver las cosas... pero repito que me gusta estar en mi tierra.
—Suena como posible ministro...
—Son quinielas que se hacen aunque sólo sea porque llevo 16 años en el Gobierno. Soy ministrable por viejo, no por otra razón. Con lo cual, tampoco me ilusiona mucho, ja, ja...
—¿Qué cartera le gusta más?
—No... Murcia... Me gusta Murcia. Me quedo en Murcia. Es mi región.
—Algún área le gustará más...
—Como jamás he tenido la idea de plantearme un ministerio, no se me ocurre nada. Quiero ser pedáneo. Alcalde de mi barrio.
—¿Habría podido formar parte de los Gobiernos de Aznar?
—Al menos, algún movimiento habría hecho, como tanta gente hace, pero no se me ha ocurrido jamás.
—A usted no le desgasta el poder. Cada vez gana con más ventaja y eso que fue el primero en aprobar un plan de recorte del gasto.
—No soy un superhéroe, supermán, ni nada por el estilo. Hay que saber qué se puede hacer, explicarlo y hacerlo con honestidad. Y si te equivocas, reconocerlo. Yo suelo pedir perdón. También es verdad que, en tiempos de crisis, construimos tres autovías, tres hospitales, veintitantos institutos... El éxito no es tanto mío como del equipo de Gobierno. Y desde luego, de una población que no se arruga.
—¿Está cumpliendo el Gobierno central su compromiso con Lorca?
—No en la medida ni con la celeridad con que deberían.
—El ministro Blanco le acusó el viernes de falta de lealtad y de eludir responsabilidades.
—Sus declaraciones son una salida de tono y demuestran claramente la deslealtad, en este caso del Gobierno de la Nación. Lorca es una cuestión de Estado y es el Gobierno de la Nación, como ocurrió con el Prestige, quien tiene que asumir esta situación con una hoja de ruta.
—Tampoco se habla ya de los pepinos murcianos.
—No se habla, pero aquí nos han dejado la ruina. Se han perdido mercados y confianza. Lo más difícil del mundo es colocar un tomate en una gran cadena de supermercados francesa, alemana o inglesa. Cuesta Dios y ayuda, pero se pierde en un minuto: basta que una bocazas diga que el E.Coli está en los pepinos murcianos.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete