Desconcierto en el PSOE canario por el veto a Casimiro Curbelo

Ese es el panorama de un Partido Socialista Canario que vive, justo cuando consigue tocar poder en el ámbito regional, un período de especial convulsión, que lo llevará a una profunda reflexión y cambios tras las elecciones generales. Los mismos que acudieron a Ferraz para buscar el respaldo que no conseguían en las bases herreñas, palmeras y tinerfeñas que quieren pactar con el PP, ayer se revolvían, rebeldes, ante la dirección nacional.

«No tiene lógica que una dirigente federal intente presionar a los militantes o vincular sus opiniones», se lamentó Javier Abreu, dirigente regional, precisamente, sobre materia electoral, que repitió que «no es el momento ni el lugar» de que Elena Valenciano, que dirige la campaña de Rubalcaba opine sobre candidaturas en Canarias. «Valenciano debería empezar a dar ejemplo», prosiguió el también concejal en el Ayuntamiento de La Laguna, que matizó que los «asuntos del partido» no se deben hablar en los medios. «La primera que habla sin que el partido se pronuncie sobre candidaturas es ella», afirmó para asegurar que esta actitud «deja en mal lugar los socialistas canarios».

Julio Cruz, al revés que José Miguel Pérez, la silenciosa máxima autoridad de los socialistas canarios, no esquivaba los micrófonos en los pasillos del edificio de Teobaldo Power. Y anunciaba, como secretario de Organización del partido, que el Comité Regional que los socialistas celebrarán el próximo sábado respaldará las decisiones de las agrupaciones locales de La Gomera y apoyará la candidatura de Curbelo al Senado. Digan lo que digan en Madrid.