Angela Merkel encadena su sexta derrota electoral en un solo año

Los votantes han jubilado a la coalición SPD-Izquierda después de ocho años en que la capital ha logrado estar más de moda fuera que dentro. No ha conseguido remontar el abultado desempleo y es la capital de la asistencia social y la pobreza infantil, con uno de cada cinco vecinos viviendo de la ayuda del Estado.

La Izquierda, el vagamente reformado partido de los ex comunistas del Este, es la cuarta fuerza con un 11,6%, aunque pierde 1,8 puntos. En quinto lugar irrumpe con fuerza el partido de los Piratas, con un 9%. Fuera queda el FDP liberal, que ha visto hundirse su creciente populismo euroescéptico hasta un 2% de los sufragios.

Angela Merkel encaja pues su sexto patinazo del llamado «súper año electoral», a un año de la reelección en 2012, pues aunque la CDU ha mejorado sus resultados en dos puntos (los mismos que pierde el SPD), los observadores predicen la «nacionalización» creciente del mensaje electoral de los «länder» federados alemanes. Aparte de una victoria en Sajonia-Anhalt, la CDU ha perdido las potentes Hamburgo y Baden-Württemberg, y no ha podido remontar en Schleswig-Holstein.

Las elecciones en la capital eran una prueba para la peleada coalición conservadora-liberal. El FDP se ha inclinado por un nuevo populismo nacionalista —aprovechando la crisis del euro y los avales a las economías endeudadas—, que amenaza con acabar no solo con la coalición sino con la propia tradición europeísta y solidaria alemana.

El fracaso es más doloroso por cuanto la hoja de balance del SPD en la capital, después de diez años, no es espectacular. La capital ha despegado finalmente: el índice inmobiliario así lo confirma, asegura a este diario el economista y ex presidente de Sajonia Georg Milbradt. Sin embargo, sus profesores y alumnos manifiestan que la educación en Berlín ha quedado en la última posición de la federación, aunque invierte más en sus colegios que Baviera y Baden-Württemberg, las dos primeras de la clase.

Aunque de moda en el mundo, para los expertos la recuperada capital alemana apenas oculta que es una metrópoli disfuncional. Es lo que le reprocha la canciller a su famoso Wowereit. El socialdemócrata presumía en su cartel de «entender Berlín»; pero del responsable de la capital de la emergente Alemania «se espera no solo que entienda sino que haga algo por sus muchos problemas».

Los Verdes, por su parte, llevan un año imparable, al que han ayudado el tradicional miedo nuclear alemán y el desastre atómico en Fukushima. Su veterana candidata Renate Künast ha cometido numerosos errores, como su persistencia en un tráfico a 30 por hora en una capital sin problemas de circulación. Pero su 17,5% viene avalado por su captura del primer gobierno regional, en Stuttgart, y su entrada final en todos los parlamentos regionales, acercándose finalmente a su sueño de ser un partido popular y no de grupo.

Programáticamente unen más puntos al SPD con la CDU y ambas fuerzas se consideran mutuamente interlocutores serios. Un 60% de la CDU berlinesa está dispuesta a una coalición con Wowereit, algo que desea solo un 16% del SPD berlinés. La opción preferida del SPD, no obstante, serían los Verdes, que han subido casi 5 puntos, hasta un 18%.