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memoria histórica

Un párroco de Arteixo obliga a modificar el memorial de los represaliados coruñés

Blanco demostró que una de las víctimas del franquismo nombrada en el monolito inaugurado en diciembre falleció al caer de un árbol. Pone en cuestión a otro puñado de supuestos asesinados que figuran en el monumento

E. AMADO

El monumento a los represaliados por el franquismo inaugurado en La Coruña el pasado mes de diciembre tiene un hueco en blanco. Era el que en un inicio ocupaba Manuel Arcas Varela, un vecino de la parroquia de Santa María de Loureda (Arteixo, La Coruña) que por error figuraba en la lista de ajusticiados y cuyo nombre ha sido eliminado de uno de los bloques de piedra del conjunto.

El párroco Manuel Blanco Rey, que oficia en San Esteban de Morás, parroquia de Arteixo, llevó la reclamación por la inclusión de Arcas ante la Comisión por la Recuperación de la Memoria Histórica coruñesa, que promovió el monumento (consiguió del Ministerio de Presidencia una subvención de 27.000 euros, así como partidas de otras instituciones), tras la protesta de la familia. «No era para nada víctima del franquismo. La familia protestó y no les quedó otra alternativa que retirar su nombre del precitado monolito», explica Blanco en un escrito en el que pone en cuestión la legitimidad de otros nombres que figuran en el listado que conmemora a víctimas de la represión franquista en los municipios de La Coruña y su área de influencia, como Abegondo, Arteixo, Bergondo, Betanzos, Cambre, Carral, Culleredo, Oleiros y Sada.

Así, Blanco Rey escribe que «en parecida situación» a la del nombre expurgado están otros fallecidos, como José Bujía Vázquez, natural de la parroquia de San Julián de Bribes (ayuntamiento de Cambre), que habría fallecido «de muerte improvisa y de desgracia, a las tres de la tarde, del día 15 de octubre de 1936 en el lugar de Barral, a los 65 años»; José Aradas Pedrería, de San Pedro de Nós (Ayuntamiento de Oleiros), cuya muerte real habría tenido lugar, debido a un accidente, en el lugar de La Fortaleza, a los 42 años, el 27 de diciembre de 1936; Martín Ferreiro Álvarez, de Santo Tomé de Quireza (Ayuntamiento de Cerdedo, Pontevedra), ex concejal del Ayuntamiento de La Coruña y ex Teniente de Alcalde durante el gobierno del Frente Popular, casado y padre de cinco hijos, que realmente murió en el campo de concentración nazi de Mauthausen (Austria) el 23 de noviembre de 1941. «Explíqueme usted. ¿Qué relación tienen éstos con el franquismo?», escribe el párroco.

El párroco de Morán lamentaba ayer en conversación con ABC las confrontaciones que han reverdecido a la sombra de la Ley de la Memoria Histórica (citó la polémica de los últimos días en la ciudad herculina en relación a una placa retirada con el nombre de Millán Astray), al tiempo que añadía que el listado del memorial incluye a un malhechor y delincuente de la zona, Luis Ardao.

Sobre éste, un anarquista y comunista que llegó a ser condenado y preso por robos y estafas, explica el sacerdote, autor del libro «Arteixo durante la Segunda República y la Guerra Civil», que acabó con la viuda de una vecina de la parroquia de Villarrodís y la hija de ésta. Por ello, se pregunta en qué medida se ha filtrado el listado que ha llegado a los bloques de piedra del conjunto, y cómo el Ayuntamiento de Arteixo apoya con fondos públicos, como uno de los colaboradores del proyecto (junto a la Diputación, otros municipios y sindicatos), en el monumento.

Regular por ley la historia

Blanco sostiene su «repudio» a la Ley de Memoria Histórica porque «considero un grave error regular, por ley, la historia». «El deseo de controlar no sólo el presente, sino también el pasado, es una característica común de las dictaduras que actúan a través de la propaganda falsa, de la distorsión de la verdad y de la supresión de los hechos», prosigue.

La polémica no es nueva en el caso del memorial coruñés. Los propios promotores se quejaron en julio de 2010 de que el entonces alcalde Javier Losada se negó en un principio a la instalación del memorial del escultor Xosé Val Díaz, situado en la Avenida de Navarra. Y a la inauguración no asistió ningún representante del PP al acusar al PSOE de utilizar la Ley de Memoria Histórica para perjudicar al entonces partido de la oposición. Entonces, desde el PSOE y desde el BNG señalaban que los populares no olvidaban su pasado y que se colocaban al lado de los verdugos al no estar en el de las víctimas. La lista de 600 personas represaliadas a manos del bando nacional tras el inicio de la contienda, ahora en cuestión, fue confeccionadapor el grupo de investigadores «Nombres y Voces», procedentes de las tres universidades gallegas.

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