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Volvió a sonar el despertador

Miles de alumnos de Infantil y Primaria de Castilla y León regresan a las aulas para afrontar un nuevo curso escolar

Volvió a sonar el despertador F. HERAS

MARÍA ESPÁRRAGO

«Son las ocho. Es hora de levantarse». Son las palabras que pudieron oirse ayer a muchos padres cuando sonó el despertador, un poco antes de lo normal para los más pequeños de la Comunidad Autónoma, que ayer iniciaron el nuevo curso escolar. En total fueron 126.190 alumnos de Infantil y Primaria los que comenzaron ayer sus clases después de más de dos meses de vacaciones. Un inicio o una vuelta —para la mayoría— que muchos esperaban «con ganas», aunque también pudo verse algún berrinche «pasajero».

Emoción, pero sobre todo curiosidad eran los sentimientos que reflejaban las caritas de los niños que esperaban ansiosos la apertura de las puertas del nuevo CEO (Centro de Educación Obligatoria) de la localidad vallisoletana de Boecillo. En el caso de Marcos, un niño de cuatro años, el cambio de colegio le costó alguna lagrimilla porque, según explicaba su madre, «a estas instalaciones sólo han pasado uno o dos amigos del antiguo centro escolar», pero se mostró segura de que pronto hará más amigos con los que «se lo pasará bomba». Las puertas de las nuevas instalaciones de Boecillo sirvieron también de testigo del encuentro de viejos compañeros: «¿Qué tal el verano? ¡Qué ganas de empezar el cole!», se preguntaban y exclamaban.

Ayer era un día un tanto especial pues por coincidir en mitad de un puente muchos padres decidieron «perdonar» a sus hijos el primer día de escuela. Una opción que generó también debate entre los progenitores allí presentes. Para muchos «empezar este viernes ha sido una faena». Sin embargo, otros eran de la opinión de que «los niños no se dan cuenta» y si se trabaja, incluso «lo preferimos». Mesas, sillas, suelo, pizarra... Todo olía a nuevo en el CEO de Boecillo, cuyo primer día transcurrió con toda normalidad y sin ningún problema de organización. «Parece que ya lleváramos 20 años funcionando y tenemos todo lo que se necesita para empezar», afirmó el director de las instalaciones, José Fernández.

Este centro contará en sus aulas con 170 alumnos «aproximadamente». Dispone de cuatro clases de Infantil y Primaria con un total de 75 y 53 alumnos, respectivamente. Asimismo, en Secundaria la cifra se sitúa en torno a los 45 alumnos con dos clases de primero de la ESO y un aula de segundo, que inciarán sus clases a partir del 15 de septiembre. Además, debido a la «incertidumbre» que hay sobre su funcionamiento por su condición de nuevo todavía se prevé que se incorporen más alumnos, explicó el director. «El único inconveniente que le vemos es que no tiene aparcamiento para los padres», apuntó Sofía, una de las madres.

No obstante, pese a ser nuevo, en Infantil hay profesores procedentes de otros colegios a los que hasta ahora acudían los mismos alumnos, por lo que el cambio será menos brusco. Es el caso de los hijos gemelos de José, que ya sabían que les tocaría con su profesora Alicia y por ello tenían ganas de empezar, «aunque tardaron en dormirse y esta mañana les ha costado levantarse», dijo su padre.

Refuerzo de autoridad

Preguntados por la intención de la Junta de reforzar la autoridad de los profesores, tanto los padres como los propios profesionales no ven ningún problema. En este sentido, José, uno de los padres, cree que la futura norma será «positiva». «Es necesario que la dictadura del alumno que hace lo que le da la gana tenga unos límites para que no se desprecie al profesor», sentenció.

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