«M3», el jefe del cártel del Golfo, aparece acribillado en un coche

A Samuel Flores Borrego le apodaban «El Metro 3», el «M3» o «El Cabezón» en el cártel del Golfo. A sus 39 años de edad era su jefe en Reynosa, una ciudad del estado mexicano de Tamaulipas donde son moneda común las extorsiones, los secuestros de indocumentados, los «granadazos» (explosiones) y los ajustes de cuentas.

Al líder criminal le llegó su hora.Fue encontrado por soldados, acribillado, en el asiento de un automóvil abandonado en la carretera Monterrey-Reynosa, en el nordeste de México. Junto al del «M3» había otro cadáver, el de Eloy Lerma, un policía de Tamaulipas muy probablemente vendido a la delincuencia.

«Los primeros indicios apuntan a que los hechos derivaron de ajustes internos del grupo delictivo» del cártel del Golfo, explicó la Fiscalía mexicana, que apunta a que los enconados rivales del cártel del fallecido, Los Zetas, podrían ser los autores del crimen.

La Oficina de Lucha contra las Drogas de Estados Unidos (DEA) ofrecía por Samuel Flores Borrego, el «M3», hasta cinco millones de dólares que ahora quedarán sin dueño. Los capos muertos no tienen valor; el de los vivos se multiplica, sobre todo si son extraditados a Estados Unidos.

Por otra parte, el presidente de México, Felipe Calderón, ofreció el viernes un discurso con motivo de la presentación de su penúltimo informe de gestión ante unas mil personas en el Museo de Antropología de la capital mexicana. Todos eran invitados suyos y no hubo lugar a críticas.

En la explanada del recinto se escuchó la voz de un mandatario que defiende a capa y espada al Ejército y los marinos mexicanos, situados a la vanguardia de su cruzada contra el crimen organizado. Felipe Calderón confesó que se siente incomprendido. Al presidente mexicano se le vio casi frustrado por las críticas que le llueven desde un amplio sector de la sociedad.

Calderón insiste en que su fórmula de combate firme a la criminalidad constituye «una estrategia integral para resolver el problema» de la criminalidad, que calificó de «verdadero cáncer social». Además, anunció la creación de una Procuraduría Social para la atención de las víctimas de la violencia del narcotráfico. Sin embargo, las encuestas revelan que poco más de un 30 por ciento de la población mexicana apoya sus políticas. De ahí no sube.