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Los Obama incomodan al presidente

La Policía detiene a su tío Omar en Boston por conducir ebrio y ser inmigrante ilegal. Antes, otros parientes ya habían puesto en apuros al inquilino de la Casa Blanca

Los Obama incomodan al presidente

emili j. blasco

JCreo que llamaré a la Casa Blanca». Borracho como iba, Omar Obama tuvo un momento de lucidez cuando fue llevado al calabozo hace unos días por conducir ebrio cerca de Boston y casi estampar su automóvil contra un coche patrulla. Se acordó de que su sobrino es presidente de Estados Unidos. Pero no le sirvió de mucho, porque la Casa Blanca no ha acudido en su ayuda. Inmigrante ilegal , a Omar, de 67 años, le salvará que difícilmente se va a expulsar a alguien que lleva viviendo en el país más de cuatro décadas.

Ya burló a las autoridades en 1992 y las toreará ahora, por más que algunas bases del Partido Republicano hayan comenzado a recoger firmas para la «inmediata deportación del tío Omar Obama». También Zeituni Obama, hermana de Omar y tía del presidente, logró el asilo el año pasado después de saberse que se encontraba en el país de modo ilegal, viviendo además en una casa de protección oficial. El sonrojado sobrino advirtió entonces que sería castigada si había violado la ley. Pero Zeituni, que se ha revelado no tan angelical como cuando se encontraba en Kenia y fue retratada por Obama en «Sueños de mi padre», ha advertido a los periodistas que merodean la vivienda que comparte con su hermano: «¿Por qué no vais al 1.600 de Pennsylvania Avenue, en Washington DC, y preguntáis al presidente?».

Omar y Zeituni, hijos de la tercera esposa del abuelo de Obama, a quien este llama «granny» porque a pesar de no ser su abuela biológica crió a su padre, no son los únicos familiares incómodos. Con otros tres tíos y al menos cinco medio hermanos (hijos del padre del presidente tras divorciarse de la madre de este) , la mayoría están viviendo en Kenia sin grandes medios, así que no faltan las peticiones de una ayuda al pariente que ha triunfado en la vida. Su medio hermano George hizo saber que vivía en una chabola de Nairobi con el sueldo de un dólar al mes.

¿Por qué Barack no ha visitado Kenia en el par de viajes que como presidente ha hecho a África? No debe de tener muchas ganas de reencontrarse con sus familiares. De su primer viaje en busca de sus raíces volvió tan entusiasmado que nada más conocer a Michelle la llevó para que conociera a los consaguíneos de su padre. «Después de nuestro compromiso llevé a Michelle a Kenia para que se encontrara con la otra mitad de mi familia», escribió Obama en «Sueños de mi padre».

En aquellos contactos africanos, Zeituni le pidió a Obama que ya no volviera a «perderse», como había ocurrido con Omar, que se marchó de joven a Estados Unidos y hacía tiempo había dejado de dar señales de vida. En otras palabras, le pedía que siempre estuviera disponible para ayudar a los de su clan. «La gente se marcha, como nuestro tío Omar, en Boston. Dicen que se llevarán a la familia cuando estén asentados. Primero escriben una vez a la semana. Luego, solo una vez al mes. Después dejan de escribir del todo. Nadie los vuelve a ver», le explicaba su medio hermana Auma. Obama parecía asentir con el deseo de no «volver a perderse». Pero los lazos de la tribu pueden ser demasiado onerosos cuando se llega a la Casa Blanca.

Obama también tiene familiares indonesios , pero en su caso culturalmente no se ven urgidos a llamar a la puerta del 1.600 de Pensylvannia Avenue. Su madre tuvo una hija, Maya, con Lolo Soetoro, cuando se fue a vivir con él a Indonesia llevándose al aún pequeño Barack, y luego Soetoro tuvo dos hijos más en un segundo matrimonio. Su hermanastra Maya Soetoro vive en Hawai y tiene dos niñas. Ni los Soetoro ni los Robinson, la familia de Michelle cuyos ancestros llegaron a Estados Unidos como esclavos, han dado motivos de preocupación al presidente. Quizá su suegra, que vive con la «primera familia» en la Casa Blanca, incomode a Obama, pero es una situación que no tiene más remedio que conllevar con una sonrisa.

«Los ojos rojos y vidriosos»

No son para sonreír, desde luego, los detalles de la detención de Omar Obama recogidos en el atestado policial. «Le pregunté a Obama», relata el agente que detuvo al tío del presidente, «cúanto había bebido aquella noche. Su respuesta primera fue que no había bebido. Le dije que podía oler un fuerte olor a alcohol en su aliento. Entonces dijo que había bebido una cerveza. Le repliqué que por el modo en que se estaba comportando tenía que haber sido más de una, y entonces admitió que dos». «Tenía los ojos rojos y vidriosos» y su hablar denotaba también que estaba ebrio. En el calabozo se completaría el cuadro: irregularmente había logrado el número de seguridad social (una especie de DNI) y llevaba tiempo sin pagar el alquiler . Entonces pidió llamar a la Casa Blanca.

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