MUNDIALES de DAEGU
El atletismo español se aferra al bronce de Natalia Rodríguez
Gran carrera de la tarraconense en 1.500 en un día aciago en otras pruebas. Solo Olmedo y España llegan a sus finales
M. Á. BARROSO
A Natalia Rodríguez le sobra calidad y corazón. Ayer también le sobraron veinte metros para que su venganza fuera completa. En Berlín, hace dos años, una polémica decisión tomada en los despachos le privó del oro en la final de 1.500. En Daegu, tras ... una carrera soberbia, logró atrapar el bronce. A este escaso botín se aferra el atletismo español para aplicar un paño caliente a una actuación decepcionante. Solo Olmedo (1.500) y Jesús España (5.000) sobrevivieron a una jornada donde Ruth Beitia, Mercedes Chilla, Eusebio Cáceres, Luis Felipe Méliz, Javier Alves y Borja Vivas no pasaron el corte en sus respectivas especialidades. Quedan tres días de Mundial y muy pocos cartuchos.
Tal vez el decorado no era el más propicio para correr, saltar y lanzar. La temperatura rebasó los 30 grados en el estadio; la combinación con una humedad superior al 60 por ciento y una intensa radiación solar arrojó un índice de 26,1, en zona roja de alerta, muy cerca del código negro: cuando se alcanza la cifra de 28 se aplazan o cancelan las pruebas. Natalia, recogido el pelo en dos moños, disputó su final a las 20.55 hora local, cuando el horno era más soportable. Viajó en el furgón de cola hasta mitad de recorrido, como suele ser habitual en ella. Mimi Belete hizo el gasto en ese tramo en beneficio de su compatriota Yusuf Jamal, ambas de Bahrein, que buscaba su tercer título mundial consecutivo. La española progresó hasta la cabeza al paso por el mil y cruzó la meta al toque de la campana en primera posición . Aumentó la intensidad de su zancada de forma paulatina y fió su suerte a un cambio de ritmo definitivo en la última recta, pero se le acabó el combustible y fue superada por dos atletas con las que nadie contaba y que habían permanecido escondidas hasta ese suspiro, la norteamericana Barringer Simpson (que ganó con un tiempo de 4:05.40) y la británica Hannah England.
«Estaba fuerte y arriesgué»
Natalia reconoció cierta precipitación en su ataque. «Tengo medalla, al fin y al cabo. Me pudieron las ganas. He cambiado muy lejos, luego he entrado en la última vuelta a saco, porque me encontraba muy bien, y arriesgué», explicó. « La inglesa y la americana iban bastante pegadas a mí y llegaron muy fuertes . La clave era no crisparse en esos momentos, porque entonces sí que pierdo la medalla».
La mediofondista, de 31 años, muy querida en Tarragona —donde se ha forjado como atleta—, madre de una niña de 4 años, llamada Guadalupe en honor a la tierra extremeña de sus ancestros, es concejal de deportes del Ayuntamiento de su ciudad. Se ha convertido en el santo y seña de la candidatura a unos Juegos Mediterráneos, los de 2017, cuya sede se conocerá el próximo 15 de octubre. Ayer no se acordó de la descalificación de Berlín por chocar con una rival: « Lo único que pensaba era en ganar el oro. La final me recordó mucho a la del año pasado en el Europeo , en el que llegué justita y se me echaron dos encima. De hecho, venía luego la marroquí, que casi me deja sin medalla». Se la dedicó a su abuela, «que está bastante mal en el hospital».
Las esperanzas para que la selección española amplíe el medallero pasan por Manuel Olmedo, único clasificado para la final masculina de 1.500 metros. El sevillano, que corrió la segunda serie, como Juan Carlos Higuero, disfrutó de una carrera limpia , lanzada por el keniano Daniel Komen, y terminó cuarto en 3:36.91 ofreciendo buenas sensaciones. Higuero acabó décimo, lo mismo que Diego Ruiz en la primera semifinal. Por su parte, Jesús España se clasificó por tercera vez para la final de 5.000 metros de un mundial, aunque tuvo que recurrir a la repesca por tiempos después de concluir séptimo en su serie con 13:40.38.
Kenia mantuvo su hegemonía en 3.000 metros obstáculos en una jornada que, para no perder la costumbre, vivió el descarrilamiento de figuras como la cubana Yargelis Savigne, que aspiraba a su tercer título en triple, o la bahrainí Maryam Jamal, última en 1.500. Ezekiel Kemboi retuvo el cetro de los 3.000 obstáculos, seguido de su compatriota Brimin Kipruto; Francia logró el bronce con Mahiedine Mekhissi-Benabbad. La ucraniana Olha Saladuha, nueva campeona mundial de triple salto con una marca de 14,94 metros (obtenida en su primer intento), destronó a Savigne, que había conquistado los dos títulos anteriores. El británico David Greene, campeón europeo, sorprendió a los grandes favoritos y le dio a su país el primer título en los 400 metros vallas con un crono de 48.26. En altura, Jesse Williams se convirtió en el primer campeón del mundo estadounidense en veinte años al imponerse con un salto de 2,35. Y en la final femenina de vallas, la también norteamericana Lashinda Demus venció con la mejor marca de la temporada (52.47).
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