La tercera boda de la duquesa

«Ante las últimas noticias aparecidas en los medios, comunico que mi enlace matrimonial con Don Alfonso Díez será a primeros del mes de octubre. Dicho enlace se celebrará en la más estricta intimidad contando con la asistencia de mis hijos, con sus respectivas mujeres actuales, anteriores nueras y mi yerno Francisco. A dicho enlace no asistirá ninguna amiga por falta de espacio y para que no se puedan sentir ofendidas, con la excepción del Doctor Trujillo, que me intervino quirúrgicamente. Los padrinos del enlace serán mi hijo Carlos y Doña Carmen Tello, por expreso deseo de Don Alfonso Díez. No habrá prensa, únicamente un fotógrafo que difundirá las fotografías a todos los medios . Finalmente, con este comunicado, agradecería a la prensa que cesen las especulaciones falsas y respeten mi tranquilidad. Cayetana de Alba. La Duquesa de Alba».

Fue la víspera cuando la duquesa se encargó de redactar este texto y ordenar que se distribuyera a los medios con el único fin de oficializar su compromiso y evitar así que alguien pudiera impedir ese casorio por el que lleva suspirando desde hace casi cuatro años. Fue por aquel entonces cuando se reencontró con Alfonso Díez en un cine de Madrid y comenzó la que ha sido la relación sentimental más sorprendente y polémica de los últimos tiempos, dada la notable diferencia de edad de los novios (85 años la duquesa y 60 el funcionario), la fortuna de Cayetana y el rechazo de sus seis hijos a una relación, que hoy ya tiene los días contados para su celebración: muy posiblemente, el 5 de octubre.

Durante todo este tiempo, Cayetana ha luchado por la aprobación de su familia, de ahí todas las reuniones con sus hijos y los encuentros que estos han mantenido con Alfonso. El más comentado fue el que se celebró el pasado mes de febrero en el madrileño palacio de Liria, al que asistieron dos hijos de la duquesa, Carlos y Cayetano, y el propio Alfonso Díez, acompañado de su abogado. Antes de dicha reunión, Alfonso ya había firmado ante notario un documento en el que renunciaba a cualquier privilegio o bien que pudiera heredar en caso de que Cayetana falleciera antes que él. Pero el escrito no fue suficiente para convencer a la familia de sus buenas intenciones. Probablemente por ello, en el mes de julio la duquesa decidió repartir su herencia en vida despojándose así de sus propiedades, aunque quedándose con el derecho a uso y disfrute de las mismas hasta el día de su fallecimiento.

Liberada de la «carga» de su fortuna , ya no había excusas para que sus hijos se opusieran a esta unión. Es más, la duquesa ha querido que sea el mayor de ellos, el duque de Huéscar, quien la lleve al altar de la capilla del palacio de Dueñas, en Sevilla. En ese palacio será donde residirán como duques de Alba los recién casados. Consciente de su cambio de vida, Alfonso Díez va a pedir una excedencia en su puesto como funcionario del Ministerio de Trabajo. Y no sería nada extraño que en Andalucía se le buscara algún cargo representativo, como esposo de Cayetana y, por tanto, duque de Alba consorte, algo a lo que no puede renunciar.

En cuanto a los detalles del enlace, se confirma que los sevillanos (será sencillo, para un enlace de mañana) y que tres sacerdotes concelebrarán la tercera unión de Cayetana: su confesor Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp, Miguel Ángel Bernal y un clérigo de su Hermandad. Lo único que falta es el permiso del Obispado de Sevilla para que se tramite el cambio de papeles de la parroquia San Román, a la que pertenece Cayetana, a la capilla de Dueñas, donde cada domingo ya se celebra misa. Dicho trámite puede tardar cerca de veinte días y, por ello, finalmente será la primera semana de octubre cuando el enlace tendrá lugar.

A la boda acudirá un único fotógrafo y, posteriormente, repartirá esas imágenes. Según ha podido saber ABC, la duquesa está en conversaciones con una revista para que se encargue de ese cometido, siempre y cuando distribuya ese material al resto de medios de forma gratuita y sin que eso impida que la pareja, finalizada la ceremonia, salga a la puerta de Dueñas para posar ante los medios que ese día abarrotarán la entrada del palacio.

Y es que la de la duquesa de Alba no será la boda del verano, ni la del año ni tan siquiera la de la década. La suya será la madre de todas las bodas, dada la singularidad de su historia de amor y los ríos de tinta que ha hecho correr desde que se supo públicamente que se había vuelto a enamorar.