El líder del proyecto político ecologista Equo y ex director de Greenpeace España Juan López de Uralde, así como otros nueve miembros de la organización ecologista han sido condenados por un tribunal de Copenhague a una pena condicional de prisión de 14 días por irrumpir en un acto de la cumbre climática mundial de 2009.
En la vista final del juicio, celebrada en la capital danesa el viernes, el fiscal se limitó a pedir penas de prisión condicional de 60 días y multas de 3000 coronas danesas (unos 400 euros) para Uralde y el resto de activistas, así como la prohibición de volver a Dinamarca durante seis años para los ocho imputados extranjeros.
La pena dictada por el juez, sin embargo, rechaza la última petición del fiscal y solo ha dictado una multa contra Greenpeace Nordic. Uralde y el resto de condenados no deberán volver a la cárcel.
«Greenpeace tiene que respetar las leyes como todo el mundo», dijo el fiscal, quien señaló que los hechos merecerían prisión incondicional. Sin embargo, las «características especiales del caso», sumado a que los acusados ya pasaron 20 días en prisión preventiva en 2009, han rebajado la pena.
Los ecologistas estaban acusados de allanamiento de morada, suplantación de autoridad publica y falsificación documental. Por el allanamiento, los acusados se arriesgaban a seis meses de cárcel, que podían haberse duplicado si se hubiera admitido el agravante de la ofensa contra la reina (en desuso desde los años ochenta). La falsificación de documento y la suplantación están tipificadas con una condena de dos años y una multa, respectivamente, en Dinamarca.
La noche del 17 de diciembre de 2009, los activistas lograron pasar todos los controles de seguridad de acceso al palacio de Christiansborg, donde la reina Margarita de Dinamarca ofrecía una cena de gala a más de un centenar de líderes mundiales participantes en la Cumbre del Clima de Copenhague, haciéndose pasar por funcionarios públicos. Aprovecharon la ocasión para mostrar pancartas en las que se podía leer «Los políticos hablan, los líderes actúan».
«Nadie fue herido, nada fue destruido, lo único que pudo resultar ofendido fue el orgullo de la policía», alegó el abogado defensor Jakob Arrevad, quien rechazó que se pueda hablar de falsificación cuando los acusados hicieron copias de documentos en los que no aparecía una entidad expendedora.
López de Uralde se ha mostrado «globalmente contento» con el veredicto, aunque ha considerado «desproporcionado» el proceso.
