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«Sólo la locura puede estar detrás de una tragedia así»

Tres menores discapacitados, hallados muertos en Valladolid, presuntamente asfixiados con bolsas en la cabeza por la monitora que los cuidaba

FÉLIX IGLESIAS

No encontró palabras para expresar toda su consternación y dolor por la trágica muerte de tres niños, de 3, 9 y 14 años de edad, en una casa de acogida de Mensajeros de la Paz en Boecillo (Valladolid), presuntamente asesinados por la ciudadora que velaba por sus sueños en la noche del domingo al lunes. «Sólo un acto de locura puede estar detrás de una tragedia así», logró apuntar el padre Ángel, presidente de la ONG que gestiona este centro de acogida para menores con graves discapacidades físicas y psíquicas y con notables carencias familiares.

El presidente de Mensajeros de la Paz hizo estas declaraciones en una rueda de prensa celebrada pocas horas después de conocerse, sobre las nueve de la mañana de ayer, que en la casa de acogida que esta ONG tiene en la calle del Almendro de Boecillo se habían hallado los cuerpos sin vida de tres menores —que responden a las iniciales D.G.C., nacido en Salamanca; M.A.S.C., de Burgos, y D.E.Q., de Malabo (Guinea Ecuatorial)—, y que según diversas fuentes aparecieron con las cabezas cubiertas por bolsas de plástico film, un material que se usa para conservar alimentos, según informa Ep. A esa hora, la voz de alarma la dieron las dos monitoras que entraban al cambio de turno para la tutela de estos niños, que habían estado al cuidado de otra empleada durante toda la noche.

Intento de suicidio

La presunta autora del asesinato se encontraba en esos momentos en la casa. Según fuentes de la investigación, la monitora —cuya identidad responde a las iniciales G.L.B., natural de Montevideo (Uruguay) y de 55 años de edad— se encontraba en una bañera. Tenía varios cortes y magulladuras, lo que presupone que intentó suicidarse tras acabar con la vida de los tres menores.

Fue una de las monitoras que entraban de turno por la mañana la que alertó a la Guardia Civil. Nada más recibir la llamada, efectivos de la Benemérita de Valladolid se trasladaron a la vivienda para hacerse cargo del caso junto al juez de guardia, que decretó el secreto del sumario y ordenó el precinto de las instalaciones. Tras las primeras comprobaciones realizadas por los agentes, el magistrado y el forense y el posterior levantamiento de los cadáveres, la cuidadora fue trasladada al módulo penitenciario del Hospital Clínico Universitario de Valladolid para ser atendida de las autolesiones. En el centro hospitalario, los investigadores policiales también interrogaron a la presunta autora del triple asesinato para conocer las circunstancias que han rodeado este trágico suceso.

En dos habitaciones

Las que también necesitaron asistencia sanitaria en el lugar de los hechos fueron las monitoras que descubrieron los cuerpos sin vida de los niños. Un equipo de psicólogos enviados por el Servicio de Emergencias 112 de Castilla y León trató de darles consuelo tras la fuerte impresión recibida por el macabro hallazgo. Ambas, además, mantenían con los menores una estrecha relación como consecuencia de los años que llevaban tratándoles. Los tres niños llevaban varios años internos en el centro: el de 14 años vivía en la casa desde hace nueve; el de nueve, desde hace siete; y el más pequeño, de apenas tres años, llegó poco después de nacer. Las trabajadoras encontraron los cuerpos sin vida de los menores en dos habitaciones distintas del inmueble, dos de ellos juntos y el tercero en otro dormitorio, informa Ep.

Junto al padre Ángel compareció también ante los medios de comunicación la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León, Milagros Marcos, entidad con la que Mensajeros de la Paz mantiene acuerdos para atender a menores con problemas de discapacidad y familiares. Marcos no supo precisar en qué estado se encontraban los cadáveres, aunque diversas fuentes de la investigación indicaron que presentaban evidentes signos de violencia e incluso que podían tener las cabezas cubiertas con plástico. De hecho, el padre Ángel señaló que «la muerte puede haber sido por asfixia o por golpes, no lo sabemos a ciencia cierta, y por ahora todo son conjeturas». Lo que sí se pudo precisar es que la ciudadora no había cursado baja en la empresa ni se le conocían problemas psiquiátricos anteriores.

La consejera, además de trasladar las condolencias de todos los castellanos y leoneses y del Gobierno regional a las familias de los niños, reiteró un mensaje de tranquilidad sobre los servicios que presta esta ONG, que cuenta con el aval de la Junta de Castilla y León a través de un convenio. Marcos precisó que la familia de uno de los niños muertos no reside en la actualidad en el territorio nacional, por lo que podría tratarse de la del menor de origen africano.

También informó de que la casa de acogida de Mensajeros de la Paz tiene una capacidad para seis niños que son atendidos en diferentes turnos por siete personas. Desde el año pasado esta casa, de tipo unifamiliar, se encuentra en una urbanización de Boecillo, localidad de segundas residencias próxima a Valladolid. Con anterioridad a esta ubicación, esta ONG dispuso de un centro de acogida en la capital vallisoletana durante 13 años, donde prestó los mismos servicios asistenciales. La nueva casa supone una notable mejora de las condiciones y medios para la atención de los menores, lo que se traduce en la adaptación de todas las dependencias de la casa a su reducida movilidad, especialmente las de planta baja, además de disponer de espacios de juego y esparcimiento, informa H. D.

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