La crisis llega a las series de lujo

Grabar menos episodios por temporada, recortar el número de actores o introducir publicidad encubierta son algunas de las soluciones ideadas por los canales por cable estadounidenses, responsables de las últimos éxitos planetarios, para hacer frente a la recesión. HBO y AMC , grandes competidores por la jugosa tarta del público de pago, seguían hasta ahora un lema: hacer televisión como si fuera cine . Las citadas medidas anticrisis chocan con esta tradición, a la que se aferran artistas y creadores. Las más afectactadas son las producciones de la American Movie Classics, que sufre su propio éxito. Como decía el presidente del canal, Charlie Collier, en una entrevista reciente con «The Wrap», «era más fácil cuando solo teníamos dos hijos».

El triunfo de AMC se sustenta en cuatro producciones, capaces de acaparar premios Emmy, buenas críticas y el favor del público: «Mad Men», «Breaking Bad», «The Walking Dead» y «The Killing» , que el 1 de septiembre llegará a España (Fox Crime). Algo pasa, sin embargo, cuando Collier ha tenido que tranquilizar a sus abonados: «Aunque hayamos tenido negociaciones duras, siempre lo hemos hecho con la idea de servir al espectador. Sus palabras no esconden los últimos sucesos: Vince Gilligan, creador de «Breaking Bad» (Paramount Comedy, en España), amenazó con llevarse la serie a otra cadena si le recortaban el número de episodios de trece a ocho. Frank Darabont, director de «Cadena perpetua» y padre de los zombis de «The Walking Dead» (La Sexta), abandonó hace unos días la compañía supuestamente por los recortes impuestos. A Matthew Weiner, a quien le debemos «Mad Men», intentaron escamotearle seis personajes y meterle de tapadillo un poco de publicidad encubierta.

Al final, Weiner recibió 30 millones para mantener la hebilla en el mismo agujero del cinturón y atar a Jon Hamm dos temporadas más, pero así se han calmado las aguas. «Mad Men» no volverá hasta 2012 (empezaron a rodar hace dos días) y «Breaking Bad» faltó a su cita en julio, lo que ha frustrado al protagonista, Bryan Cranston, la opción de ganar su cuarto Emmy consecutivo.