la crisis ahoga
Al borde del desahucio por una escultura
Ramiro Ribas levantó la obra de Carlos III que le encargó el Ayuntamiento de La Granja de San Ildefonso. Seis años después, está a punto de costarle su casa. El autor relata su caso a ABC totalmente «hundido»
«El alcalde nos aseguró que en ningún caso nos dejaría tirados. Años después, él mismo me niega todas las promesas que bajo palabra nos había dado, dejando a nuestra familia, matrimonio y tres menores de once, ocho y cinco años en la más absoluta indefensión». Desesperado, quien así habla es Ramiro Ribas Narváez , escultor, pintor y escritor madrileño que reside en el Real Sitio de San Ildefonso desde 1998 y a cuyo Ayuntamiento reclama una factura de 133.450 euros por su último encargo que está a punto de costarle su propia casa. Ribas es el autor de varias esculturas dedicadas a la Familia Real que se cobijan en el edificio consistorial, puesto que este municipio, enclavado a 11 kilómetros de Segovia, tiene un largo historial de eventos ligados a los reyes españoles, que lo empleaban como residencia de verano. Fue el Ayuntamiento quien le encargó una escultura dedicada al Rey Juan Carlos y otra a su padre, Don Juan de Borbón, para honrar esos lazos históricos tejidos con La Granja.
Carlos III dio un fuerte empujón al turismo de La Granja que se quería homenajear
Conocido este lugar sobre todo por la majestuosidad de su Parador Nacional de Turismo, su Palacio Real y sus descomunales jardines, en 2005 el exalcalde socialista Félix Montes Jort hizo un nuevo encargo a Ramiro Ribas: una gran escultura ecuestre de Carlos III, el monarca al que se atribuye haber sacado el cementerio del casco urbano de La Granja de San Ildefonso. Fue la primera localidad española que lo hizo. El Rey Carlos III logró además dar un impulso turístico a la población de cuyos réditos todavía viven hoy parte de sus 5.700 habitantes.
Esos y otros eran méritos suficientes para que la escultura real, a caballo y a tamaño natural, encontrase un lugar destacado junto a una de las fachadas del Parador, en el proyecto urbanístico bosquejado con el nombre de remodelación de la «Puerta de la Reina». Según cuenta el artista a ABC , el mismo Día de la Hispanidad de 2005 le mostró al exalcalde y a quien le sucedió en el cetro municipal, el también socialista José Luis Vázquez , una maqueta en bronce de lo que sería la enorme obra. «Dieron el visto bueno» , relata.
Pocos meses después, en enero de 2006, se adjudicó el proyecto urbanístico a la empresa Larcovi, que debía ser la que financiase la ejecución de la escultura, puesto que ésta pasó a formar parte directamente del pliego de condiciones de la remodelación de la «Puerta de la Reina». «Esta acción -que la escultura ingresase en un proyecto urbanístico adjudicado a una subcontrata del Ayuntamiento y que no figurase como monto a desembolsar por las arcas públicas- no se me consultó y se me aseguró que a través de la empresa cobraría antes» , agrega, «hundido», el escultor.
«Unos y otros se lavaron las manos»
La adjudicataria nunca llegó a ejecutar el proyecto integral, así que no abonó los 133.450 euros (sin IVA) que ha requerido el levantamiento de la escultura . ¿Quién ha pagado esa cantidad? «Unos y otros se lavaron las manos», reseña el escultor. El 24 de abril de 2009 finalizaba el plazo marcado en el plan urbanístico para la construcción de la obra, así que Ramiro Ribas solicitó al Ayuntamiento y su titular una carta firmada que le avalase en la solicitud de un préstamo bancario para rematar la ampliación y fundición en cobre de la escultura. El alcalde Vázquez, que ha sido reelegido por segunda vez el pasado 22 de mayo, firmó dicha carta un mes después (lleva sello del 28 de mayo de 2009) y avaló la petición de un crédito ante Caja Segovia por valor de 92.000 euros . El regidor se comprometió a que el préstamo sería reembolsado en un plazo estimativo, no superior a los tres meses, y transmitió al artista que se le pagaría «la totalidad de la escultura». Ni empresa ni Consistorio lo hicieron. La crisis hizo el resto.
El alcalde avaló con una carta la petición de un préstamo de 92.000 euros
El crédito ha recaído durante todo este tiempo en la familia de Ribas y su esposa, Marta , que han abonado religiosamente los pagos, a razón de 1.200 euros mensuales. Sus parientes les han ayudado «con mucho sacrificio» para que pudiesen subsistir. Hasta que no han podido más.
Para más inri, en la firma del crédito respaldado por el Ayuntamiento, Caja Segovia exigió a Ribas, además, el aval del domicilio familiar donde residen Marta, él y sus tres hijos. Este mes de agosto cumple el plazo de la entidad financiera. Están a punto de perderlo todo. De quedarse en la calle. Y protestan.
En situación de «lucro cesante» sin trabajar
No se han quedado callados y denuncian la situación de «ruina absoluta» a la que les ha abocado la falta de acuerdo y el desdén del Ayuntamiento y la empresa adjudicataria. Por si tuviesen poco, el taller de fundición donde se realizó la escultura pide que se retire de una vez la obra porque ocupa demasiado espacio. Y Ramiro, mientras todo esto sucede, se encuentra en situación de «lucro cesante», por lo que ni siquiera puede trabajar en su actividad regular y tener más ingresos, ya que le «es imposible invertir en los materiales básicos» de su trabajo, apostilla. «Estamos en una situación angustiosa, no disponemos de recursos económicos para mantener nuestra vivienda ni, incluso, dar de comer a nuestros hijos» , aseguran Marta y Ramiro, que no pueden esconder la ironía de que este Ayuntamiento segoviano presuma de la organización de las llamadas «Noches Mágicas de La Granja», que el año pasado costaron 740.000 euros.
El regidor socialista acusa al autor de haberse «precipitado» con la obra
Preguntado en varias ocasiones el Ayuntamiento de La Granja por esta controvertida situación, el alcalde ha acusado a Ribas de haberse «precipitado» en la ejecución de la obra, sin saberse con certeza si la empresa ejecutaría el plan urbanístico finalmente, ya que ésta no había firmado el contrato correspondiente con La Granja. Es más, José Luis Vázquez llegó a insinuar que el artista ejemplificaba parte del desastroso panorama económico en el que se hallan los autónomos en España, desplegando una «actitud irresponsable» ante la crisis y poniendo en marcha proyectos de manera anticipada sin respaldo monetario.
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