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Los laboratorios ganaron millones en 2008 enviando fármacos gratis

El Sergas daba entrada a medicinas de alto precio que los hospitales recibían sin coste y que después los médicos de cabecera seguían recetando por rutina

EVARISTO AMADO

El Sergas dilapidó millones de euros durante el año 2008 por la prescripción, en los centros de Atención Primaria de fármacos de mayor precio que otros equivalentes existentes en el mercado y que los laboratorios lograban introducir en el sistema enviando partidas de forma gratuita a diferentes hospitales de la red sanitaria pública de la Comunidad.

La práctica, denominada «prescripción inducida», tiene una mecánica muy sencilla y suele acontecer en casos de enfermedades crónicas o de larga duración. El hospital recibe fármacos a coste cero, enviados por los propios fabricantes, que consumen sus pacientes. Estos, cuando reciben el alta y acuden a la consulta de su médico de cabecera, piden el mismo medicamento a su facultativo, en muchas ocasiones por la sencilla razón de que era el que venía consumiendo con anterioridad en el hospital. Y el médico, que antes de la entrada en vigor del catálogo de medicamentos (se aplica desde el mes de enero) no tenía ningún tipo de restricciones a la hora de prescribir, receta finalmente una marca más cara que otras equivalentes y de menos coste.

Así lo refleja el último informe del Consello de Contas, que cubre el último año completo en que el gobierno bipartito de Emilio Pérez Touriño gestiono el sistema de salud gallego. El estudio cuestiona duramente la gestión del gasto farmacéutico del Sergas, entonces encabezado por la conselleira María José Rubio, y evidencia que se malgastaron decenas de millones de euros en fármacos que no se podían considerar como de primera elección y que, en ocasiones, incluso no tenían el beneplácito de la agencia evaluadora que estudiaba la eficacia terapéutica de cada marca.

«Cuando se examinan los gastos de farmacia hospitalaria de todos los centros de la red, se observa que determinados medicamentos son suministrados al hospital de forma gratuita por los laboratorios, esperando, tal vez, como consecuencia favorable de esa entrega el efecto inducido de la prescripción de atención primaria».

El informe se centra en los medicamentos con más peso en la factura y recoge, por ejemplo, que en 2008 fueron entregads a los hospitales «gratuitamente» lotes de medicamentos elaborados con Atorvastatina: fueron a parar al Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (CHUS); al Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (CHUVI), al Xeral-Calde, l Complejo Hospitalario Universitario de Ourense (CHOU), al Complejo Hospitalario Universitario de Pontevedra (CHOP), al Hospital de la Costa (Lugo), y a los de Monforte, Verín y El Salnés. A pesar de que una instrucción interna de ese mismo año de la Consellería recomendaba no recetar Atorvastatina (39,97 euros de precio medio), sino la más barata Simvastatina (6,85 euros), la primera acabó suponiendo el 65,77% del gasto total en ese grupo de fármacos equivalentes, aún cuando la diferencia en número de recetas entre ambas no superó los once puntos.

También se constaron estas prácticas en un antidepresivo de nuevo cuño, el Escitalopram: «también en este caso puede existir un efecto de inducción provocado por la entrega gratuita a los hospitales de la Comunidad, aunque en este caso con menor incidencia», recoge Contas.

El precio de venta medio del Escitalopram es de 32,70 euros, por los 18,73 de la Paroxetina, el siguiente fármaco en el grupo de inhibidores de la recaptación de serotonina de mayor precio. A pesar de su entonces reciente creación, el Escilatopram entró en un total de 418.531 recetas en el ejercicio 2008, un 45,86% del gasto total en este grupo. Se entregó «sin coste» en el área sanitaria de Ferrol, en el CHOU, el Hospital de la Costa, en Monforte, Verín y El Salnés; y, a precio muy bajo, en en CHOP, en el Virxe da Xunqueira, y en el Hospital del Barbanza.

Escoger el más caro

También se constata en el informe que la vigilancia sobre la prescripción de principios activos con un uso común no era la adecuada. En el caso de los inhibidores de la bomba de protones, un fármaco de uso muy extendido, Contas constata un sobrecoste de 9,83 millones provocado por la prescripción de Esomeprazol, en lugar de Omeprazol, más baratos y de empleo prioritario (el Ministerio de Sanidad establece que el primero no ofrece ventajas frente al segundo).

Como conclusión, Contas apunta que «el ahorro derivado de la sustitución terapéutica del 50% de las recetas de Atorvastatina, y de las recetas totales de Escitalopram, Fluvoxamina y Esomeprazol tendría alcanzado 40.173.944 euros, lo que representa un 26,42% del gasto en los tres subgrupos químicos analizados».

Una práctica prohibida

Desde la Xunta, apuntan que la entrada en vigor del listado priorizado de medicamentos y la extensión de la receta electrónica, que permite controlar mejor la prescripción por parte de los profesionales, impiden que se reproduzcan fenómenos de «prescripción inducida» como los dos señalados arriba. Las compras del Sergas incluyen bonificaciones y donaciones regladas, pero los hospitales no pueden ya recibir donaciones de fármacos fuera del catálogo, porque no está permitido.

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