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Zapatero intenta transmitir calma, pero admite a los partidos su «preocupación»

Tras retrasar horas el inicio de sus vacaciones, anoche viajó a Doñana mientras el PP le acusa de no dar la cara

G. SANZ / M. CALLEJA

MADRID

Ni José Luis Rodríguez Zapatero ni su vicepresidenta económica, Elena Salgado, salieron ayer en público a defender la solvencia de España ante los ataques de los mercados «para no contribuir con ello a crear más alarma en los mercados», según explicaron a ABC fuentes parlamentarias. Zapatero mantuvo conversaciones telefónicas con Mariano Rajoy, Josep Antoni Durán i LLeida (CiU), ñigo Urkullu (PNV), y Alfredo Pérez Rubalcaba —nadie de IU ni de ERC, ni tampoco del rupo ixto, fue telefoneado—, aseguran que el presidente del Gobierno pidió «prudencia» a sus interlocutores porque, de momento, todo es fruto de la volatilidad de los mercados en agosto. Por la noche, el presidente y su familia viajaron de vacaciones a Doñana, después de aplazar el viaje unas horas, precisamente para dar sensación de tranquilidad.

De hecho, la propia CiU, que atribuyó inicialmente a su jefe de filas en Madrid, Duran i Lleida, la afirmación de que la situación de España es «gravísima», aclaró por la tarde que se refería a la economía mundial, precisamente para evitar ese alarmismo. En esa misma línea y a diferencia de Italia (ver información en esta misma página), Gobierno y grupos han pactado no convocar en agosto una Diputación Permanente del Congreso centrada en ese tema. «Se trata de evitar titulares que contribuyan an más a la especulación», insisten. El jefe del Gbierno volverá a lo largo de la semana a Madrid «probablemente», según fuentes gubernamentales.

A la espera, de momento

Por el Grupo Popular, su portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría, expresó la preocupación de su partido por la crítica situación, pero explicó que hay que actuar con «serenidad, responsabilidad y prudencia». El PP esperará a ver cómo evolucionan los acontecimientos en los próximos días para tomar decisiones, que podrían incluir la petición de comparecencias urgentes en el Congreso si no cede la presión de los mercados. El portavoz de Economía, Cristóbal Montoro, criticó que nadie del Gobierno compareciera públicamente para dar explicaciones sobre la grave situación que atraviesa la economía. A su juicio, se trata de una «nueva réplica, más fuerte, del seísmo» de la crisis. Montoro sostiene, además, que el periodo abierto hasta la convocatoria electoral es demasiado largo y no ayuda a resolver la situación, que sólo mejorará, según dijo, con un nuevo Gobierno que aplique las reformas necesarias.

El comunicado que hizo público anoche La Moncloa, relatando la actividad desarrollada por el presidente, admite que Rodríguez Zapatero trasmitió a Rajoy, Durán, Urkullu y Rubalcabala «preocupación», pero no por España, sino por la situación que vive la «economía mundial». La tesis del Ejecutivo es que este nuevo episodio de repunte del diferencial sobre el bono alemán es debido a la volatilidad del mercado propia de agosto, «agravada con la incertidumbre» que genera EE.UU. tras el acuerdo parlamentario para elevar el nivel de deuda del gigante estadounidense.

Tras los contactos de Elena Salgado con el responsable de finanzas germano, Wolfgang Schauble, y con el francés e italiano, Zapatero telefoneó al presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, y le pidió que agilice» la solución pactada por los líderes del Eurogrupo para Grecia el pasado 21 de julio en Bruselas.

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