El Ibex sufre su mayor caída del año y la deuda se dispara por las dudas sobre EE.UU.

La esperanza de Obama era que el anuncio de un acuerdo entre republicanos y demócratas para aumentar el techo de endeudamiento de Estados Unidos diera más confianza a los mercados. Pero el tiro le ha salido por la culata y la primera jornada de cotización en los mercados deja las bolsas mundiales desangradas, arrastradas todas por la mala apertura de Wall Street .

Las dudas sobre la recuperación de la primera economía del mundo contagiaron a los mercados del viejo continente y en el caso del Ibex-35, principal indicador español, cerró la jornada con su peor caída desde junio del 2010, un 3,24% que lo deja al borde de mínimos anuales. Las primas de riesgo de la periferia también se dispararon tras conocer el dato macro estadounidense. Al cierre de mercados la prima española subía hasta los 372 pu ntos básicos y la italiana a los 354 puntos básicos.

En el resto de parqués europeos la sangrí no fue menor. Francfort y París se desplomaron un 2,34% y un 1,82% respectivamente. Italia se dejó un 3,77% y Portugal y Grecia cedieron 2,47% y un 2% cada uno.

Sin embargo, esta vez la razón no hay que buscarla en especuladores. La explicación yace en el otro lado del Atlántico, donde la primera economía del mundo no termina de despegar y los datos macro lo confirman semana tras semana. El último, publicado hoy, y culpable del lunes negro fue el indicar de actividad industrial del país norteamericano.

A primeras horas de la tarde, hora europea, Wall Strett abría celebrando que Estados Unidos se podrá endeudar más gracias al acuerdo entre republicanos y demócratas, y por tanto, evitar una suspensión de pagos, no resistió a un dato que confirma la desaceleración de la economía norteamericana: el indicador de actividad del sector manufacturero de Estados Unidos (ISM), que cerró julio muy por debajo de lo esperado y se situó en un 50,9%, frente al 54,8% al que apuntaban los analistas y al 55,3% de junio. Esta caída de cuatro puntos porcentuales deja al sector industrial en el límite entre la expansión y la contracción y se convierte en la peor cifra de los últimos dos años.

Las agencias de rating , como no podía ser menos, siguen presionando a los políticos de Estados Unidos y ya han dicho que el acuerdo entre elefantes (republicanos) y burros (demócratas) no garantiza que ellos no cumplan sus amenazan y rebajen la calificación de la deuda anglosajona.