FÓRMULA 1
Alonso, por él y por Ferrari
Se resiste a renunciar al título después de Silverstone, que le consagra como uno de los más laureados de la historia
ENRIQUE YUNTA
En el tortuoso camino de Ferrari, a remolque siempre de los inventos milagrosos de los coches energéticos de Red Bull, se enciende la luz a través de Fernando Alonso , tan imponente su figura que la parrilla tiembla con su resurgir. A efectos prácticos, ... hay pocos cambios después del Gran Premio de Gran Bretaña, catapultado Sebastián Vettel en un monólogo de bostezos que ha convertido el Mundial 2011 en un evento predecible y sin alteraciones en un guión desaliñado. Sigue el alemán en otra dimensión, pero resulta que Alonso ha vuelto a ganar y eso agita a la masa, esperanzada ante la posibilidad de un desenlace más picante que lo visto en el primer tramo del curso. Despierta el español y se emociona la Fórmula 1 , preparada para un fin de semana de chaqueta y lluvias en Nurburgring.
Desde la prudencia, y a la espera de consolidar el notable avance que se produjo en Silverstone, Ferrari y Alonso repiten el discurso del partido a partido, carrera a carrera . No hay motivos para la euforia, pero sí un resquicio por el que adentrarse en este Mundial exclusivo de Red Bull. «Las mejoras que hemos puesto en el coche últimamente han sido fundamentales y gracias a esto conseguimos la victoria. En Silverstone el coche tenía más carga aerodinámica, funcionaba muy bien y llegamos a Nurburgring con la esperanza de que las cosas sigan funcionando bien».
Alonso se sienta ante el calendario y concibe que en estas dos semanas non-stop de competición, con Alemania y Hungría enlazadas antes de las vacaciones, se decide si vale la pena seguir en la lucha o es mejor pensar en lo que vendrá , adelantarse para que no vuelva a suceder otro año en blanco para Ferrari.
Él pretende apurar al máximo sus opciones, líder espiritual de un equipo que adora su forma de entender el negocio . Alonso batalla en su nombre y en el de Ferrari con el afán de devolver a la escudería la gloria histórica que le corresponde y también de ampliar su palmarés después de lograr en Inglaterra la victoria 27 desde que empezó en la F-1. Igualado con Jackie Stewart, es el quinto piloto con más triunfos en este deporte y en Nurburgring, en donde ha ganado dos veces, aspira a acercarse a los cuatro magníficos que le superan.
Michael Schumacher, 91. Han pasado 19 años desde que ganó su primera carrera en Spa al volante de un Benetton, el principio de un camino imperial que se difumina ahora en su empeño por seguir en la alta competición. Nadie tiene un currículo como el suyo, tan laureado como polémico, venerado más por lo que fue que por lo que es ahora. En 18 temporadas que lleva en la F-1, ha logrado 91 triunfos y siete Mundiales, cifras astronómicas que se antojan imposible de superar. Venció un Gran Premio por última vez en Shanghái, en 2006.
Alain Prost, 51. Su mejor época fue con McLaren, pero logró en Francia, con un Renault y en 1981, su primer éxito. Tiene 51 triunfos en 199 Grandes Premios, 13 temporadas de historial y cuatro mundiales (1985, 1986, 1989 y 1993).
Ayrton Senna, 41. Mantuvo con Prost una rivalidad exagerada, rivales hasta el final. El brasileño, piloto carismático que murió en acto de servicio en Imola, ganó 41 carreras y está en el selecto club del tres con los Mundiales de 1988, 1990 y 1991. En 1985, con un Lotus, estrenó palmarés en Estoril.
Nigel Mansell, 31. El bigote más recordado de la Fórmula 1, próximo objetivo de Alonso ya que logró cuatro victorias más (31) de las que tiene el asturiano. Tardó 72 carreras en ganar y fue en el Gran premio de Europa, celebrado en Brands Hatch. Se retiró con un Mundial.
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