Luisa Fernanda Rudi: «Es imprescindible la regeneración de la política»
Fue alcaldesa de Zaragoza, la primera mujer que presidió el Congreso, eurodiputada y, desde esta semana, dirige las riendas del Ejecutivo aragonés
ROBERTO PÉREZ
Tomó posesión el viernes y, menos de veinticuatro horas después, ya tenía formado su Gobierno y había celebrado dos reuniones de trabajo con este gabinete, al que no ha dado vacaciones. Ha apostado por perfiles de técnicos expertos para áreas clave, entre ellos Mario Garcés, ... que fue miembro del equipo económico de Aznar.
—Insiste mucho en dos objetivos: regeneración de la política y reducción del gasto público. ¿Qué directrices les ha dado a sus consejeros para que lo pongan en práctica?
—Ya hemos empezado por lo más inmediato, por revisar y reducir la plantilla de personal de confianza del Gobierno. También hemos hecho ya un primer análisis de la red de empresas públicas y tenemos una idea de cuáles son las útiles y cuáles son perfectamente prescindibles. Respecto al regeneracionismo, insisto mucho porque es imprescindible, no sólo de la política sino de la vida pública en general, una suma de valores que toda la sociedad debería asumir: transparencia, responsabilidad, esfuerzo...
—Usted aboga por adelgazar la Administración pública...
—No creo en un sector público desproporcionado, creo en la iniciativa de la sociedad civil. El sector público debe estar para garantizar los servicios públicos del Estado del Bienestar y llegar allí donde no lo hace la iniciativa privada. Se ha abusado de exceso de burocracia, de administraciones mastodónticas.
—¿Su plan de ajustes y austeridad se ve limitado por el acuerdo de gobernabilidad con el PAR?
—Racionalizar la Administración y acometer una reforma del gasto público es uno de los puntos del pacto, ambos convergemos en este objetivo.
—¿Se plantea el copago para los usuarios de la Sanidad pública?
—No, en absoluto. Se puede gestionar mejor sin necesidad de recurrir al copago. Lo que no puede ser es que una plaza de hospital público salga mucho más cara que la de un buen hospital privado. Creo que los recursos no están bien aplicados.
—¿Piensa en dar entrada al gestor privado en la Sanidad pública o en aplicar criterios de gestión privada en los hospitales públicos?
—Las dos fórmulas son compatibles. Hay inversiones en Sanidad que difícilmente se pueden acometer ahora con dinero público, pero sí hay empresas dispuestas a invertir y atender las listas de espera que hay en la Sanidad pública. Esa es una buena fórmula de colaboración público-privada.
—¿Cómo planteará las relaciones con el Ejecutivo de Zapatero?
—Con lealtad institucional. Le pediré audiencia, entre otras cosas porque creo que es una cuestión de cortesía.
—Por cierto, ¿cómo ve España?
—Con un Gobierno totalmente agotado y que ha entrado en una bicefalia clarísima: por una parte la política de Rodríguez Zapatero y, por otra, en las antípodas, las propuestas de su candidato (Rubalcaba). Deberían convocarse elecciones cuanto antes.
—Su pacto con el PAR, avalado por Rajoy, ¿incluye algún compromiso para cuando llegue a La Moncloa?
—Con Mariano Rajoy lo que se habló es lo que figura en el pacto. En esencia, el desarrollo del Estatuto de Autonomía y profundizar en la bilateralidad en las relaciones entre la Comunidad autónoma y el Gobierno central.
—Ustedes, tradicionalmente, han sido reacios a la bilateralidad entre el Gobierno central y cada comunidad por separado, han sido más proclives a una relación armónica con las comunidades en conjunto. ¿Ahora apuestan por la bilateralidad?
—Nosotros apostamos por el Estatuto de Autonomía, y es una ley orgánica que nos obliga a todos.
—Parece que lo dice más con resignación que con convicción...
—No es resignación, es el Estatuto, son las leyes, y mi partido las ha votado. Yo no, porque en ese momento estaba en el Parlamento Europeo, pero, insisto, es una ley que obliga a todos.
—¿Teme la deuda oculta que pueda aflorar en el Gobierno aragonés?
—Lo que quiero saber es qué es lo que hay, por eso se ha encargado una auditoría. Vamos a ver qué dice.
—Recibe heredado el Plan Red, contratado hace sólo unos meses con empresas privadas para renovar las carreteras de Aragón. Compromete gasto público multimillonario por varias décadas, y Europa ha dicho que parte de él computará como deuda, ¿qué va a hacer?
—Negociar con los adjudicatarios.
—¿Para anular los contratos?
—Vamos a negociar. El modelo es inasumible. En los últimos cuatro años, se han invertido una media de 50 millones de euros al año en carreteras y, sin embargo, con este modelo empezaríamos pagando 90 millones y llegaríamos hasta más de 100 por año.
—Tras doce años de alianzas PSOE-PAR, ¿entre ustedes y los aragonesistas aún se miran de reojo?
—No es mi caso. Hemos llegado al pacto con un proceso que se ha desarrollado con sentido común, con experiencia y con sentido político. Están sentadas las bases del proyecto; ahora toca ejecutarlo, con mucho diálogo y dosis de cortesía mutua.
—¿Cree que el acuerdo PP-PAR abre una alianza de largo recorrido?
—Sí.
—¿En qué proyectos legislativos tiene de antemano el apoyo del PAR?
—Por ejemplo, el de estabilidad presupuestaria y control del gasto, y la reforma de la ley de lenguas, para que el catalán deje de ser lengua cooficial de Aragón y no fagocite las modalidades que realmente nos son propias, las que siglos de historia nos han dejado en el Aragón oriental.
—Sigue el contencioso de los «bienes de la Franja», un centenar de obras de arte que el Vaticano ordenó devolver a Aragón, pero siguen en Cataluña. ¿Qué piensa hacer?
—Lo primero, escribirle al presidente de la Generalitat y al Nuncio, y ver la situación jurídica para la ejecución de la sentencia. Tomaré todas las decisiones posibles para que los bienes vuelvan.
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