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Catalina de Cambridge desea ser madre muy pronto

El matrimonio «real» continúa su aventura canadiense

AFP

ABC

Es lo que ocurre con los recién casados. Dan el «sí, quiero» y ya se les pregunta para cuándo los niños. Los duques de Cambridge han afirmado durante su visita a Quebec (Canadá) que les gustaría tener hijos . Así lo ha asegurado el periodista de la cadena ABC Bob Woodruff.

El reportero ha contado que dos niñas se les acercaron para hacerles entrega de unas flores, momento en el que el padre de una de ellas le deseó a Catalina lo mejor para cuando ella tuviese su propia familia, a lo que ella contestó: «Eso espero». La pareja cuenta con la presión añadida de la tradición británica. Desde hace dos siglos, todos los matrimonios tienen su primer vástago antes de cumplir un año de casados.

Más dosis de deporte y naturaleza

La gira canadiense que están realizando los duques de Cambridge sí ha logrado otro objetivo: el de estrechar los lazos entre Canadá y Reino Unido, y así ha sido en gran parte gracias al entusiasmo, la calidez y la cercanía de Catalina.

Después de haber enamorado al país con guiños constantes en sus estilismos, después de competir en una regata de canoas chinas, de plantar un árbol, de que el Príncipe realizara una exhibición pilotando un helicóptero, y de los baños de masas que se ha dado el matrimonio en su «tour» por Canadá , la agenda de ayer tuvo nuevas dosis de aventura.

Los duques llegaron a Yellowknife, en los Territorios del Noroeste, y allí recibieron una ceremonia de bienvenida de lo más folclórica,

con una banda de gaitas y nativos vestidos con el traje tradicional. Después conocieron al equipo de hockey local, que les obsequió con dos camisetas con el nombre de «Cambridge» y el Príncipe se animó a hacer un tiro con el stick . La duquesa demostró una vez más por qué se le conoce como «Catalina la Estilosa» (con el vestido «Bullet» en tono crema de Malene Birger , que por supuesto, también está agotado a estas alturas ) y derrochó simpatía con todos los ciudadanos que se acercaron para saludarles.

Después de aquello, el matrimonio montó en hidroavión en el lago Blanchford, también remaron en canoa y visitaron una tienda tradicional local. Allí ayudaron al pueblo a preparar carne de caribú y disfrutaron de la exuberante naturaleza del lugar.

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