WE SHOULD DANCE ELECTRONIC MUSIC

EL viernes pinchó en Valencia el segundo mejor Dj del mundo. David Guetta ha conseguido producir en los últimos años los mayores éxitos de House y Pop Electrónico y su música está presente en todo tipo de ambientes. Como decía estuvo en Valencia ante más de siete mil personas. El concierto comenzó a las diez de la noche con dos insufribles teloneros que ensalzarían la labor de la estrella. Su actuación estaba prevista a las doce y, reloj en mano, entró a la una y veinte. El motivo, dicen, fue que se le rompió la tarjeta SD borrándosele todas las canciones: «MI TARJETA SD NO FUNCIONABA TUVE QUE VOLVER AL HOTEL, FORMATEARLA Y VOLVER A COPIAR MI MUSICA HACIENDO ESPERAR A SIETE MIL PERSONAS, ME SIENTO COMO UNA MIERDA» dictaba en un twitt.

Siete mil personas esperando hora y media a las doce de la noche es esperar mucho. El marketing sigue asombrado del poder de ciertas marcas y su soberanía ante los clientes. Éstos, desesperados y entre grandes pitadas , aguantaron lo indecible para ver al fenómeno Guetta. Las emociones de los clientes mandan sobre las razones.

Al final, en una explosión de luz y decibelios una sola persona llenaba un escenario en el que cabría una orquesta sinfónica. Pudo con todo el cansancio acumulado, era el momento de bailar, era en el recinto arquitectónico más impresionante para la ocasión. Era el Ágora, la gente loca por bailar y era en Valencia.

Lo que me llamó la atención fue que, al igual que en el Sonar 2011 de Barcelona, gran parte del público era alemán. Y es que la música electrónica tiene origen alemán y holandés. Economía, política, leyes y, ahora, la música. Este siglo XXI está siendo muy alemán.

El viernes, los alemanes estaban como locos disfrutando de su estilo musical y comprobando cómo a los españoles nos vuelve locos lo que nos proponen. Si lo pensamos bien es la mejor combinación del mundo: Nosotros ponemos el sol y la costa y ellos la música y el dinero. Porque sí, porque la gente a la que le gusta y valora el arte que propones es gente de fiar y a nosotros nos gusta la música electrónica.

Nos mezclamos emotivamente con los alemanes en el baile y eso une y vincula. Somos muy distintos, pero nos entregamos a su estilo y se lo reconocemos. Se estaba estrechando el gran pacto germano-español, el gran pacto socioemocional que une de verdad a los pueblos: el cultural. Y somos, ya lo creo que lo somos, muy complementarios. Lo que no ha conseguido ZP ante Merkel en los despachos, lo conseguirá la gente bailando música electrónica. Los alemanes lo saben, en España se escucha y baila el mejor electrónico de Europa , tal vez ahí esté nuestra salvación y la perdición de Grecia , nuestra occidentalización frente a la orientalización de este maravilloso país. Este verano deberíamos bailar mucha música electrónica.

*Economista