Los hijos ilegítimos de Alberto de Mónaco no irán a la boda del Príncipe

Charlene Wittstock lleva años soportando con silencioso estoicismo las «cacerolas» sentimentales de su futuro esposo, forzado por dos mujeres a reconocer ante notario la paternidad de dos hijos, que no pueden aspirar al trono de Mónaco , de ninguna manera, pero sí deberán beneficiarse de una parte de la herencia personal del Príncipe.

Jazmin Grace nació tras una aventura sentimental de quince días, en la Costa Azul, entre Alberto de Mónaco y Tamara Rotolo , en 1991. Ella estaba casada y tardó varios años en pedir el reconocimiento oficial de su hija.

Los abogados de Alberto de Mónaco consiguieron evitar el reconocimiento oficial, durante varios años, hasta que, finalmente, el mes de junio del 2010, coincidiendo con la noticia de su noviazgo oficial con Charlene Wittstock, Jazmin Grace fue reconocida oficialmente, ante notario. La hija americana del príncipe Alberto estudia en California .

Por su parte, Albert Eric Stéphane Coste nació el 24 de agosto del 2003, en París, en el hospital Saint-Vincent-de-Paul, que se encuentra en una antigua residencia y terrenos que fueron propiedad de Chateaubriand, el patriarca de la prosa francesa moderna. Su madre, Nicole Coste , francesa nacida en Togo, de raza negra, era azafata de Air France cuando conoció a su padre, el príncipe Alberto, el mes de julio de 1997, en un vuelo Niza-París.

Alberto de Mónaco no dudo en presentarse acompañado de Nicole Coste, en muchas cenas y acontecimientos más o menos «mundanos», durante varios años. Hasta que Nicole le anunció que estaba embarazada, el 2003.

El 2005, Alberto de Mónaco reconoció a «The New York Times» ser padre «tras un montaje del que fui víctima». «Paris Match» publicó unas fotos muy íntimas del príncipe Alberto y Nicole Coste, que terminaron por acelerar las negociaciones que culminaron con el reconocimiento ante notario de su hijo ilegítimo.

El noviazgo de Alberto de Mónaco y Charlene Wittstock, tras su primer encuentro, el 2000, coincidió parcialmente, en el tiempo, con muchos de los capítulos de ese «folletín» íntimo del Príncipe. De ahí que, finalmente, los novios hayan decidido de común acuerdo evitar la presencia de los hijos de Alberto en una ceremonia que tiene mucho alcance religioso y político . Mónaco sigue siendo un estado confesionalmente católico, con unas relaciones privilegiadas con el Vaticano. Y la boda del príncipe reinante es un acontecimiento de Estado con muchas dimensiones económicas.