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Justicia internacional

Deberíamos preocuparnos más por no dar alas a tiranos e impedir a tiempo sus tropelías, en vez de perseguirlos tarde y mal

Día 28/06/2011

Bajo el patrocinio de Naciones Unidas se juzga en la capital de Camboya a los últimos dirigentes vivos de los Jemeres Rojos, aquella formación política marxista que en su delirio fundamentalista asesinó a una cuarta parte del total de sus conciudadanos.Que aquel régimen era condenable y que sus dirigentes deben ser juzgados resulta una obviedad, sin embargo no deja de ser chocante que el juicio se vaya a producir treinta años después. Chirría el tiempo transcurrido como sorprende la cantidad de dinero —cien millones de dólares— empleada. ¿Es el precio a pagar para, poco a poco, ir estableciendo un sistema de justicia internacional? Quizás.Siendo realistas quizás deberíamos preocuparnos más por no dar alas a tiranos e impedir a tiempo sus tropelías, en vez de perseguirlos tarde y mal ¿Qué sentido tiene que la Corte Penal Internacional se plantee procesar a Muamar Gadafi cuando hace bien poco se paseaba por nuestras capitales recibiendo honores y distinciones?

¿Es la mejor forma para convencerle de que debe dejar el poder? ¿No resulta hipócrita juzgar a unos ancianos en Phnom Penh por crímenes cometidos en los años setenta mientras se permite que el gobierno sirio masacre a su propia población?

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