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Perfectos militares en Afganistán

El sábado 18 sufrieron un ataque similar al de sus compañeros ayer. Representan lo mejor de las FF.AA.

Perfectos militares en Afganistán EFE

ESTEBAN VILLAREJO

La escena tiene lugar en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Militar «Gómez Ulla». La ministra de Defensa, Carme Chacón, el jefe del Ejército de Tierra, general Fulgencio Coll, y el comandante del Mando de Operaciones, teniente general Jaime Domínguez Buj, hacen acto de presencia en la habitación donde se encuentra el teniente Agustín Gras Baeza (Melilla, 1982), que ha perdido una pierna tres días antes en Ludina (Afganistán) tras un ataque talibán con mina. Ese ataque fue el sábado 18, muy similar al que ayer costó la vida a dos militares españoles.

El teniente Gras Baeza trata de incorporarse con rapidez. Diligente, inicia los movimientos para cuadrarse ante la cúpula militar... hasta que un impresionado general Coll le hace el saludo. Todos se quedan estupefactos.

Lo mismo sucede en Nápoles un día antes, donde el avión que le traía —junto a sus tres compañeros y el traductor herido— hizo escala para recoger cuatro bolsas de sangre que necesitaban los heridos. De ese encuentro con el teniente Gras Baeza, salió emocionado otro mando del Ejército cuya carta se ha difundido estos días: «Me reconoció inmediatamente y se quedó sorprendido al verme. Sabía de mi destino en La Legión. Se quería incorporar para saludarme mejor, tal y como Millán-Astray cuenta que hacían los legionarios heridos en las campañas. ... Después me hizo un breve repaso de la situación de su gente, como si de un “parte de novedades” se tratara, diciéndome que lo que más le preocupaba era el estado de la conductora. ¡Con lo que él tiene encima! Este teniente me ha dado una lección de mando».

Nueva casta de soldados

La misión de Afganistán —en la que España entró en 2002 y saldrá progresivamente de 2012 a 2014— ha dado al Ejército esta nueva casta de militares, que ha cogido con brío el relevo de otra generación curtida en los Balcanes en los años 90 en aquellas primeras misiones españolas en el exterior. «En los Balcanes comenzó a labrarse una imagen de las Fuerzas Armadas más cercana al ciudadano», destaca una fuente militar a ABC. Año tras año las FF.AA. es la institución má valorada por los españoles, según el CIS.

Por Afganistán han pasado en relevos 18.000 militares españoles integrantes en la misión ISAF-OTAN —actualmente hay 1.552—. Es la misión que más vidas ha costado a España.

«Afganistán es la misión más dura en la que se han visto envueltas las FF. AA. Ha supuesto nuestro cara a cara con el combate. Aquí nos hemos tenido que defender ante los ataques, mientras que en los Balcanes podías morir por algún francotirador. Aquí nos hemos dado cuenta que una misión humanitaria no es sólo entregar medicina. Además Afganistán ha puesto de relieve la necesidad de invertir en blindados», destaca la misma fuente militar.

Ángeles, hermana del teniente Gras, cuenta a ABC en el hospital Gómez Ulla cómo su hermano siempre tuvo claro su vocación: «Ante todo militar y aunque no tenga fuerzas, trata de cuadrarse delante de cualquier mando. Desde que era un mico, sabía que quería ser soldado. Cuando inició sus estudios universitarios se presentó a soldado profesional, quería empezar desde lo más bajo para llegar a ser un buen oficial. Podía haber elegido cualquier cuartel pero prefirió irse a la Legión porque es donde decía que más aprendería», explica su hermana.

Como el teniente Gras Baeza, la soldado y conductora del blindado atacado, Jenyfer García López, y los soldados Abián Quevedo Santana e Ibrahim Maanan Ismael nacieron en los ochenta —el más joven nació en 1988—. Salvo el teniente, que tuvo como primer destino en el exterior Bosnia y Herzegovina en 2003, Afganistán ha supuesto su primera misión en el exterior.

La soldado García López también sufrió la amputación de una pierna y ha visto truncada su carrera militar. Antes de su incorporación, Jenyfer era una deportista de elite en el arte marcial de Vovinam Viet Vo Dao, con cinco campeonatos de Europa ganados.

«A sus órdenes, ministra»

Jenyfer conducía el blindado «Lince» que iba en cuarto lugar del convoy y que hizo explotar la mina preparada por los talibanes en la línea Lithium, a 5 kilómetros de Ludina. Una carga de 20 kilos, que cuadruplicaba la carga habitual empleada por los talibanes, hizo que el «Lince» no fuera suficiente para evitar la onda expansiva de la bomba, aunque salvó sus vidas.

«Los médicos me contaron que tras despertarse del largo shock lo primero que hizo el teniente Gras fue preguntar por sus hombres ... Pido a Dios por ellos, pero también pido porque España y su Ejército no los olvide. ¡No se lo merecen!», relata la emocionada carta del oficial en Nápoles.

Fin de la visita oficial de la ministra Chacón y la cúpula militar a los heridos en el hospital Gómez Ulla. Termina la conversación. Pero no, el teniente Agustín Gras Baeza tiene una última palabra: «A sus órdenes, ministra. ¿Manda algo más?». Como sus hombres de Ludina, como los 18.000: un perfecto militar español más.

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