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La bacteria E. coli procede de brotes vegetales cultivados en Alemania

Las autoridades sanitarias alemanas han levantado la alerta contra el consumo de pepinos, lechugas y tomates crudos

La bacteria E. coli procede de brotes vegetales cultivados en Alemania REUTERS

RAMIRO VILLAPADIERNA

Después de tres semanas de búsqueda y una treintena de fallecidos, la virulenta variante O104 de la bacteria E.Coli ha sido identificada en su origen. La principal autoridad epidemiológica en Alemania informa de que «casi con total seguridad», los brotes de soja cultivados en una granja orgánica del norte de Alemania serían el foco de la mutación que ha infectado a casi tres mil personas en toda Europa.

«Son los brotes de soja», ha anunciado taxativamente Reinhard Burger, presidente del Instituto Robert Koch. Los brotes germinados han sido hallados en casa de una familia que enfermó, en la región de Bonn, y proceden de la granja de cultivo biológico , en el distrito de Uelzen, que se reveló como posible foco el pasado domingo.

Pero pese al hallazgo, las reacciones siguen sin ser positivas con respecto a la gestión alemana y el ministerio de Sanidad de España ha criticado de nuevo a su socio por cometer, en su opinión, el mismo error y tener que enterarse por los medios del origen de la infección.

«Nos alegramos, pero ha ocurrido lo mismo», ha dicho el presidente de la Agencia de Seguridad Alimentaria, Roberto Sabrido. «Hemos conocido la noticia por los medios de comunicación sin tener confirmación oficial del Gobierno alemán y la Comisión Europea». En el origen del malestar español, por la denuncia inopinada de unas hortalizas hace semanas, está que una vez más no se habría hecho uso «de la red de alertas normal» .

Las autoridades alemanas han levantado al tiempo la alerta sobre pepinos, lechugas y tomates crudos, decretada hace diez días, pero mantienen la recomendación de no consumir semillas germinadas. «Los ciudadanos pueden volver a comer pepinos, tomates y lechugas, desde ahora mismo y sin miedo, siempre que guarden las debidas medidas de higiene», manifiesta la ministra de Agricultura.

La granja de la localidad de Bienenbüttel, al norte del estado federado de Sajonia Inferior, ha sido identificada porque varias empleadas contrajeron la infección hace varias semanas y asimismo varios de los restaurantes que se encontraban en su red de suministro vieron enfermar a un número significativo de clientes.

En las últimas horas, la cifra de fallecidos en Alemania ha sumado tres personas ascendiendo a 32, la suma total, más otra víctima en Suecia . Desde el primero de mayo en que el Instituto Koch identificó la infección, han tenido lugar en Alemania un total de 2.800 ingresos por infección, de los que 722 han desarrollado el síndrome urémico hemolítico (SUH), de grave peligro para la salud.

Representantes del Koch y el Instituto Federal de Evaluación de Riesgos convocaron finalmene ayer a los medios para revelar el origen de la peor epidemia padecida en décadas en Europa. Los brotes de semillas germinadas de Bienenbüttel son probablemente los responsables exclusivos de la infección de una E.coli evolucionada.

La granja se encuentra a 90 kms de la ciudad de Hamburgo, principal foco de la epidemia . Los cultivos naturales o bio, y el posible empleo de aguas residuales, han estado en el punto de mira desde el inicio; pero también lo estuvieron algunos pepinos y tomates españoles, en una pista que se reveló luego apresurada e infundada.

«Las personas que consumieron esos productos», ha dicho el presidente del Robert Koch en referencia a los vástagos de semillas, «tuvieron nueve veces más probabilidades de padecer una diarrea sangrante que aquellos que no lo hicieron». Tal efecto ha sido uno de los principales síntomas de la galopante infección.

Reinhard Burger ha agregado que el brote infeccioso «no ha concluido» y todavía se estarían produciendo infecciones, aunque considera probable que pueda ser erradicado próximamente. El presidente del Instituto de Evaluación de Riesgos, Andreas Hense, ha insistido en que los brotes crudos deben ser evitados a toda costa. Ambos responsables asumen que, posiblemente, los productos sólo habrían estado en contacto con la bacteria por un «breve período».

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