Por un kilo de coral rojo se puede pagar hasta 1200 euros en el mercado negro; si las piezas están tratadas su cotización asciende hasta los 36.000 euros
La pesca furtiva en países como España, Italia o Francia amenaza con convertir los escaparates de las joyerías en el «futuro hábitat» del coral rojo, seña de identidad del Mare Nostrum.
El kilo de coral rojo bruto se cotiza en el mercado negro y en internet a entre 500 y 1200 euros, dependiendo de su calidad; si las piezas están tratadas, asciende a entre 22.000 y 36.000 euros. En el caso de España, los furtivos pillados se enfrentan solo a una sanción administrativa, asegura Joaquim Garrabou, experto en coral rojo del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona.
Las incautaciones en la costa de Gerona, entre Segur y el Cabo de Creus, volvieron a los dramáticos niveles de finales de los años 90 en 2010. Se estima que fueron requisados a pescadores sin licencia entre 450 y 500 kilos durante el año pasado. Y la cantidad total de coral arrancada de manera ilegal en dicha zona pudo duplicar tales cifras.
Los furtivos cuentan con circuitos de compradores muy organizados que venden sus capturas a países como Suiza, Japón y, sobre todo, a la ciudad italiana de Torre del Greco, en el golfo de Nápoles, donde opera la principal industria de transformación de coral rojo del mundo, cuyos beneficios -legales- se estiman en 150 millones de euros anuales.

Oceana y otras organizaciones conservacionistas apuestan por el desarrollo de campañas que expliquen a la ciudadanía que el coral rojo (Corallium rubrum) tiene la importante función de ser «bioconstructor»: estructura espacios y cobija biodiversidad marina. «Cumple bajo el mar una tarea parecida a la que realizan los bosques en la tierra», señala Oscar Ocaña, biólogo de la Fundación Museo del Mar de Ceuta.
Las «encinas» de los mares
El crecimiento del coral es «extremadamente lento»: apenas un centímetro de altura y 0,20 milímetros de diámetro al año. El dato evidencia que una colonia de un centímetro de diámetro representa 60 años de vida.
«Lo común en el Mediterráneo no han sido colonias de, como máximo, 10 centímetros de altura, como tenemos ahora tras años de sobrepesca por técnicas tan destructivas como la barra italiana o la cruz de san andrés, sino bosques de 50 y 60 centímetros», explica Garrabou.
Las últimas colonias son excepcionales y solo se encuentran a profundidades superiores a los 100 metros en zonas poco exploradas de Marruecos o Argelia y en otras cerradas al buceo y con fuerte vigilancia, como la reserva de Scandola (Córcega).
«Cada vez que un coralero arranca una de estas ramas es como si estuviera arrancando de raíz una encina centenaria en tierra firme».
A pesar de que los coralinos albergan el 20% de la biodiversidad mediterránea, y de que el rojo, en particular, se encuentra gravemente amenazado (por la sobrepesca y por otros factores como el cambio climático o la contaminación), no existe un acuerdo internacional que prohíba su pesca.

El coral rojo es un animal con forma de planta de esqueleto calcáreo duro (de carbonato), una gorgonia encarnada. FOTO: JOYERÍA «IRIS Y CLAUDIA»
Dónde se puede pescar coral rojo
El coral rojo está protegido en aguas de Gibraltar, Malta, Mónaco y Turquía. El resto de países -Croacia, Francia, Grecia, Marruecos, Túnez, Libia, Italia y España- tienen cuotas de recolección que, a juicio de ecologistas y científicos, se han demostrado ineficaces.
En España, cerca del 90% de las colonias de coral rojo no alcanzan la talla legal de explotación, según Oceana. Su pesca la regula un Real Decreto de 2005, que autoriza la captura mediante una licencia que dan las Comunidades Autónomas en aguas interiores y el Ministerio de Medio Ambiente en exteriores.
Se puede recolectar en Gerona, el canal de Mallorca-Menorca, el Norte de Menorca, Almería y la zona Suratlántica, así como desde la frontera con Portugal hasta Tarifa.
Desde hace años la FAO trabaja sin éxito en una recomendación para regular la pesca de coral rojo en todo el Mediterráneo. Tampoco prosperó una iniciativa similar en la última reunión de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).

