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La Academia de Historia corregirá la entrada de Franco del polémico Diccionario

En un comunicado anuncia que una comisión revisará «un subconjunto de entradas» y recuerda el gran trabajo de la institución

La Academia de Historia corregirá la entrada de Franco del polémico Diccionario EFE

J. G. C.

Tras la polémica generada por la voz «Franco» del Diccionario Biográfico Español, en la que su redactor, Luis Suárez, obvió la palabra «dictador » al referirse a él y lo tildaba de «autoritario pero no totalitario», ahora la Junta de Gobierno de la institución, ante el amplio rechazo social e intelectual de ese y otros «errores» de la colección de tomos presentada la semana pasada , ha anunciado que se creará una Comisión que revisara un «subconjunto de entradas que necesiten, a la vista del debate, una revisión historiográfica y editorial, susceptible de ser incorporada de manera rápida a la edición digital y a ulteriores ediciones en papel».

Fuentes de la Real Academia de Historia afirman que «no se va a corregir nada porque no se puede censurar a nadie, y menos a un historiador que sigue un método científico, pero sí se pueden añadir cosas, como por ejemplo esa definición de "dictador" asociada a Francisco Franco». En definitiva, dicen en el entorno académico, se trata de corregir el problema de «no haber tenido en cuenta que se herían algunas sensibilidades con alguna de las entradas del diccionario». No es baladí.

Se trata de problemas puntuales para la Academia, pero en el entorno de otras sensibilidades de la historiografía esto ha provocado una viva polémica que ha empapado a todo el ámbito de la Cultura, asociada con el concepto de Memoria Histórica . Historiadores consultados por ABC recuerdan que «una cosa es Historia y otra es Memoria, que es muy necesaria pero ni sus métodos ni sus objetivos son los mismos».

¿No hay más que Guerra Civil?

Lo que está claro es que más de 500.000 entradas se han puesto en entredicho por los términos inadecuados de unas pocas, y sobre todo la de Franco, cuyos olvidos han sido considerados impresentables y vergonzosos por figuras como Mario Vargas Llosa o Fernando Savater, pero también muchos historiadores de prestigio, consultados en «El País». Entre ellos, destaca Ricardo García Cárcel, que entre otras cosas pone el dedo en la llaga de otro de los excesos de esta polémica: el hecho de que parezca que toda la historia de España se reduce y polariza por la de la Guerra Civil.

Todos coinciden en que esta polémica, politizada o no, es síntoma de algo

Sea como fuere, una venerable institución vive estos días convulsa, y todos coinciden en que esta polémica, politizada o no, es síntoma de algo. Hay voces muy críticas con la dirección actual, que «lleva 5 elecciones por unanimidad» , y que no comulgan con la política de incorporaciones, a veces vinculadas a uns pocos académicos y académicas. Para colmo, la Academia se enfrenta, entre otras cosas insólitas, a una manifestación de repudio ante sus puertas esta misma tarde.

«Pero la Real Academia de la Historia tiene el convencimiento de que la obra en su conjunto, con sus 50.000 voces, abarcando 25 siglos y con la participación de más de 5.500 autores, constituye una valiosísima contribución historiográfica y un instrumento útil de consulta para el público interesado». La institución recuerda en su comunicado que «el Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la Historia es fruto de un trabajo de doce años, y abarca desde el siglo VI a. C. hasta el siglo XX...».

La responsabilidad, del autor

También se subraya que el esfuerzo ha durado más de una década, y «han participado en el Diccionario más de cinco mil quinientos investigadores –españoles y extranjeros- (...) Se ha contado con especialistas e instituciones de todo signo y con la colaboración de equipos de trabajo –especialmente universitarios- centrados tanto, por ejemplo, en la investigación de género, como en figuras o momentos históricos determinados para los que se han concentrado –a veces alrededor de fundaciones o de otras asociaciones- unos archivos y fuentes documentales de gran valor y estudiados por sus organizadores, como puede comprobarse en la relación de autores que cierra cada volumen». La Academa recuerda, como ya hizo el marqués de Castrillón, que cada biografía va firmada,«y cada autor es responsable de sus textos» .

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