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«No puedo excusar a Gibson, pero es el actor más querido»

La estadounidense dirige a un deprimido actor en «El Castor», película presentada en Cannes fuera de concurso y que hoy llega a la cartelera española

«No puedo excusar a Gibson, pero es el actor más querido» AP

gloria scola

La semana pasada, Jodie Foster (Los Ángeles, 1962) comparecía guapísima ante la prensa en el Festival de Cannes. Lo hacía por primera vez como directora —fuera de concurso— y con una película dramática, cómica, y, sobre todo, precedida por la polémica de su actor protagonista. En «El Castor», Mel Gibson interpreta a un padre de familia deprimido e incapaz de comunicarse con sus allegados. Sorprendentemente, y a través de una marioneta con forma de castor, comienza a hablar. En la vida real, el actor protagonizó el año pasado un monumental escándalo al descubrirse una serie de grabaciones telefónicas privadas en las que mantenía una fortísima discusión con su entonces novia y madre de su última hija. El morbo, con la vuelta de Mel Gibson al cine y en un papel tan delicado, estaba servido.

Radiante, con un vestido estampado de leopardo y un aplomo en su discurso tan hipnótico como interesante, Jodie Foster, que de tonta no tiene un pelo, respondía a todas y cada una de las preguntas relacionadas con el suceso. «Creo que la primera regla en este negocio es decidir quién es el mejor actor para el papel, y a estas alturas no se me ocurre nadie mejor que Mel», aseguraba sobre la posible influencia del escándalo en el público. «Era el primero en mi lista porque realmente sabe cómo manejar el humor, el encanto, la parte ligera y además transmitir un profundo entendimiento acerca de las luchas y las dificultades del drama. No puedo decir eso de la mayoría de los actores. La mayoría abordan o el plano dramático o el plano cómico». En cuanto a su opinión sobre la conducta del actor y su manifiesta lealtad hacia él, proseguía: «Yo no soy responsable y no puedo excusar la conducta de Mel. Solo él puede explicarla y todos somos responsables de nuestras propias conductas, pero yo sé a qué hombre conozco, y ha sido mi amigo durante muchísimos años (desde «Maverick», comedia que protagonizaron juntos en 1994). Es probablemente el actor más querido de Hollywood, junto a Chow Yun Fat. Como amigo es considerado, leal, y puedo pasarme horas al teléfono hablando con él. Y es complejo, y yo agradezco su complejidad y lo que eso aporta a su trabajo. Le agradezco muchísimo todo lo que ha dado a esta película desde su corazón, sin pedir nada a cambio».

Con el capítulo Mel Gibson finiquitado, Jodie Foster, que es Magna Cum Laude por la Universidad de Yale en Literatura y una de las cabezas más inteligentes (y bellas) de Hollywood, explicaba la depresión del protagonista. «Walter sufre una enfermedad clínica, química. Es muy diferente a la tristeza que tú o yo podemos experimentar. Es una depresión diagnosticada y eso es algo serio. No está provocada por algo que le ha ocurrido, sino que necesita terapia, medicación y sobre todo tiempo. No se puede curar con un poco de yoga o una pastilla».

Jodie Foster, que empezó a actuar a los tres años en un anuncio y que ha interpretado 40 películas, ha ganado dos Oscar y ha dirigido tres filmes, cuenta que ha tardado tiempo en volver a la dirección porque sus películas «son personales» y es «increíblemente difícil conseguir financiación». «Además, tengo dos hijos, hago muchas películas y tenía otra que se canceló dos semanas antes de rodar… Pero me encanta este negocio».

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