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Caos de tráfico por la colisión de dos buses de línea en la M-30

El choque dejó a uno de los conductores con heridas graves y a 31 viajeros con contusiones

MAHOMED SAIGG

Puo ser una catástrofe pero, al final, se quedó en un aparatoso accidente entre dos autobuses de línea al mediodía de ayer en plena M-30. A pesar del número de heridos, 32, solo uno reviste gravedad: el conductor de uno de los vehículos siniestrados.

Lo peor del siniestro fue el caos de tráfico que se produjo en el tercer cinturón y que se prolongó, durante, al menos, unas cinco horas, el tiempo que tardaron en ser retirados los autobuses de la calzada.

El accidente se produjo a las 12.30, a la altura del kilómetro 21 de la autovía de circunvalación, en la calzada exterior —a al altura del Puente de los Franceses—, cuando un autobús de la empresa Auto-res, que concluía el trayecto Salamanca-Madrid, colisionó con una grúa que transportaba un coche, que, a causa del impacto, cayó a la vía.

Por esquivar a un coche

Fue entonces cuando el segundo autobús de la compañía Alsa, también a punto de finalizar la ruta Valladolid-Madrid, trató de esquivarle, con tan mala fortuna que acabó empotrándose frontalmente contra el bus de pasajeros. La peor parte se la llevó el chófer, que quedó atrapado en su asiento y tuvo que ser rescatado por los bomberos. Presentaba politraumatismos torácico y abdominal y heridas en ambas extremidades, explicaron fuentes de Emergencias Madrid. Fue ingresado en el 12 de Octubre con pronóstico grave.

El Samur-Protección Civil instaló en el lugar un hospital de campaña para atender a los viajeros heridos. Sufrieron golpes, hematomas y heridas de escasa gravedad. De ahí que de estos 31 heridos, 15 pasajeros fueron trasladados a distintos hospitales de la capital por los traumatismos y esguinces cervicales sufridos. Siete de ellos fueron a la Fundación Jiménez Díaz; otros seis, al Gregorio Marañón, y uno, a la Clínica San Camilo. Para conseguir atender a todos los heridos, el Samur-Protección Civil instaló un hospital de campaña en la zona. A media tarde solo cinco permanecían hospitalizados; el resto habían sido dados de alta.

La afección a la circulación fue importante, provocando un monumental atasco en la M-30, al ser cortados por la Policía Municipal dos carriles. El tráfico se desvió por el arcén hacia el Puente de los Franceses, y, una vez que los vehículos siniestrados fueron retirados de la calzada, se habilitaron otros dos carriles más.

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