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El PSOE reabre la guerra del agua contra el PP

Zapatero rescata el discurso «antitrasvase» y se jacta de que en Murcia ya no hay cortes de suministro

ROBERTO PÉREZ

El PSOE apostó ayer por el agua para movilizar a su electorado. Zaragoza era el escenario del mitin central del día para los socialistas y Zapatero optó por presentar el agua como uno de sus logros, junto al más manido discurso de las políticas sociales, las becas, la ley de la dependencia y la insistencia en apelar al miedo contra el PP, la derecha que viene, la «extrema derecha» en palabras del secretario de Organización del PSOE y presidente de Aragón en tiempo de descuento, Marcelino Iglesias, que también intervino en el mitin. Iglesias encaró el atril tras el alcalde de Zaragoza y candidato a la reelección, Juan Alberto Belloch, y antes que la candidata a la Presidencia de Aragón, Eva Almunia. Fueron los «teloneros» de un Zapatero que se hizo esperar ante un aforo que no llenó.

Hubo nervios antes de que comenzara el acto. Se notaban. Los miembros del equipo de campaña miraban con insistencia a las gradas de la plaza de toros de Zaragoza, emblemático escenario de mítines para los socialistas que, años atrás, llenaban sin dificultad. Ayer, el ambiente era muy distinto. Se acercaba la hora fijada, las doce del mediodía, y las gradas dejaban ver amplios huecos. Eran las once y media pasadas. Iglesias se asomaba discretamente, callado y con rictus serio, para observar el aforo. Es el número tres del partido, es su tierra y era el día de su jefe de filas.

El acto empezó con media hora de retraso. Se dio tiempo y surtió algo de efecto. Llegaron los rezagados y los huecos se redujeron, pero no del todo. Y entró Zapatero con Iglesias, Almunia y Belloch, que fue el primero en intervenir. Agitó el trasvase del Ebro como una amenaza —dijo— que sigue viva con el PP. Las palabras del resto dejaron claro que era la consigna del día, a pesar de que en Aragón siguen sin estar hechos los embalses del Pacto del Agua de 1992 y de que, antes que Aznar, Felipe González con Josep Borrell de ministro intentó otro trasvase del Ebro al Levante.

Elogiaron desde la tribuna a Zapatero por derogar en 2004 el trasvase que Aznar aprobó en 1999. Y luego el propio Zapatero puso el broche y se apuntó el agua como logro. Presumió de haber acabado con este problema en España. Siguen las tensiones hídricas entre territorios, pero el líder del PSOE aseguró que no, gracias a sus siete años de Gobierno. Siete años —dijo para certificar el logro— en los que «por primera vez no ha habido ni un corte de agua en Murcia».

Al hablar del PP y de Rajoy se esmeró en el tono. «Ni fu ni fa», dijo para definir el proyecto del líder popular. Y el público se animó, como cuando citó a Aznar. «Dale caña», gritaban desde la grada.

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