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MOTO 2

Fuga del suelo a la victoria

Tras empezar con tres caídas, Márquez gana la primera carrera en la que no se va al asfalto

T. G. M.

Caníbal, ambicioso, agresivo, indomable. Es la mayor promesa del motociclismo internacional. El talento demostrado el año pasado, con la corona de 125, no podía esfumarse por un mero salto de cubicaje. Su infortunado estreno en Moto2, con tres accidentes consecutivos, hizo dudar a los que no saben de motociclismo respecto a la calidad del ilerdense. Marc Márquez demostró en Le Mans que no se le podía juzgar por tres carreras. Era ridículo definir su valía por pagar la novatada en la categoría de 600 centímetros cúbicos. El salto era muy grande. Pero Marc ya enseñó en Qatar que el cambio lo tenía asumido técnicamente. Le faltaba soportar los contratiempos de su debut en competición. Se cayó en el trazado arábigo por la ansiedad de alcanzar el podio, al abrir demasiado pronto el gas al salir de una curva. En Jerez fue tirado por Cluzel. No tenía culpa. Sí la tuvo en Portugal, donde fue el catalán quien arrolló a un rival. Ahora, en Le Mans, acabó su purgatorio de sucesos. Salió mal. Se vio retrasado a la novena posición. Y realizó una cuarta remontada que, por fin, encontró el premio merecido. El piloto de Alzamora celebró su primer triunfo en Moto2.

El ganador más joven

El español estableció una plusmarca universal en la nueva categoría, nacida en 2010. A sus 18 años es el ganador más joven en una división repleta de veteranos que provienen de MotoGP y de 125, desde Luthi a De Angelis, pasando por Takahashi y Kallio. El joven de Cervera les puso a los «viejos» con los dientes largos. Este niño les mueve la silla.

Sus accidentes en los tres primeros grandes premios eran un respiro para todos esos pilotos que llevan una década baja la carpa y buscan su continuidad en una cilindrada que presenta los mismos motores para todos. Pero se temían lo peor. Saben que el catalán es una estrella en ciernes que empezó a brillar la temporada pasada y que camina hacia el sol. En Le Mans ha comenzado de nuevo su espectáculo. Puso en evidencia a los mayores.

Era su hora. Su momento. En 2010 también tardó cuatro carreras en explotar todos sus quilates. Hace un año, Mugello observó su evolución hacia la corona. Ahora, Le Mans ha sido el comienzo de una gran amistad con el cajón más alto del palco. Aspirar al título será difícil, porque no puntuó en tres grandes premios y Bradl administra las cuentas como nadie. El alemán, no obstante, tiene claro que el español estará desde ahora en todas las batallas por los podios. Le viene bien. En Francia, Márquez frenó a Takahashi, a Luthi y a Simón, los principales adversarios de Stefan.

Bugatti es considerado por los españoles su «quinto circuito» y Marc cumplió la tradición. Rayó el disco del himno tras el triunfo de Viñales. Lo que le faltaba a nuestro motociclismo en la presente campaña era volver a destacar en Moto2. El éxito del catalán abrió la veda. Simón, cuarto, confirmó su propósito de atacar el liderato de Bradl. Los dos quieren ser la atracción de la categoría.

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