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'OPERACIÓN KARLOS'

«Confiaba en Carretero, creía que le hacía un favor a mi yerno»

La madre de María José Campanario está declarando en la Audiencia Provincial y ha afirmado que «no sabía que me suplantarían. No lo hubiera permitido»

MIGUEL DOMINGO GARCÍA / PILAR SOLIS

El juicio se ha reanudado sin la presencia de María José Campanario. Hoy le toca el turno a su madre, quien está ofreciendo su versión de los hechos en la Audiencia Provincial Ha afirmado que «siempre he tenido dolores en espalda y brazos» y que no sabe nada de los 18.000 euros. Además, ha apuntado que «confiaba en Carretero, creía que le estaba haciendo un favor a mi yerno».

«Estos han sido los peores cinco años de mi vida, no se lo deseo a nadie». María José Campanario, la esposa de Jesulín y la acusada más mediática de la 'operación Karlos', no pudo contener ayer las lágrimas y al pronunciar estas palabras se derrumbó al finalizar su declaración ante el tribunal de la Audiencia Provincial de Cádiz, en la quinta jornada del juicio por la supuesta estafa a la Seguridad Social.

Su testimonio era, sin duda, el más esperado debido a la enorme repercusión mediática que existe en torno a ella y a su marido. Y como cabía esperar, Campanario proclamó su inocencia. La Fiscalía le acusa de pagar 18.000 euros a la trama que había montado Carlos Carretero para que tramitaran una pensión fraudulenta de invalidez para su madre, Remedios Torres, también acusada. Campanario, en cambio, se consideró una víctima más de Carretero: «Me siento engañada, humillada y estafada», se lamentó ante el tribunal ya entre lágrimas. Durante todo el interrogatorio del fiscal y de su abogado -a los únicos que contestó- se mostró con gran entereza, pero cuando su letrado le preguntó por sus sentimientos, se derrumbó.

Campanario no ocultó que pagó una gran cantidad de euros a Carretero a través de su compadre José Luis López 'El Turronero', pero negó que estuviera al tanto de la estafa que se estaba cometiendo. El día anterior el exjefe de Policía Local de Ubrique dijo lo contrario y aseguró que Campanario sí sabía «a qué se dedicaba ese dinero». «Escuché muchas cosas ayer, muchas imprecisiones, otras que no eran verdad por no decir que eran mentira, y alguna verdad», contestó Campanario cuando le recordaron la declaración de Carretero. Y es que, hasta al fiscal se le escapó : «No sé si es cierto lo que nos contaron ayer».

Entre las «imprecisiones» de las que hablaba Campanario, estaba por ejemplo la cantidad de dinero que entregó a Carlos. Según ella fueron 9.000 euros y no 18.000. Para 'probarlo', sacó de su bolso un recibo bancario de 2004. Pero admitió que José Luis López El Turronero no le entregó ningún recibo. Campanario «juró» ayer que estaba convencida de que ese dinero era para revisar la minusvalía de su madre y contratar «a los mejores abogados y los mejores médicos». «No para pagar a ningún médico de la Seguridad Social». Y aclaró: «Nos dijeron que a mi madre le reconocieron un grado menor de minusvalía [tenía un 55%] porque no estuvo bien asesorada; y yo porque la vean los mejores especialistas pago, no 9.000 euros, sino 18, 24 o 92.000».

Como recordó el fiscal, la citada revisión se realiza de forma gratuita en el Instituto Nacional de Seguridad Social. Pero Campanario le contestó que estaba acostumbrada a ir a médicos de un seguro privado y «los peritos, los abogados, los recursos son caros».

En este sentido, Campanario insistió en que Turronero -en el que «confiaba plenamente»- siempre le propuso «la revisión del grado de minusvalía» de Remedios Torres, para averiguar si le correspondía una paga. Pero nunca le hablaron, según ella, de obtener una pensión de invalidez. Lo cierto es que Campanario reconoció ayer que en 2004 no sabía distinguir una renta de la otra.

No estaba al tanto

La esposa de Jesulín también negó que estuvieran al tanto de que su madre había sido contratada de forma fraudulenta en una inmobiliaria para cotizar en la Seguridad Social, a pesar de que su firma aparece en un contrato y el alta duró un año entero. «Carretero vino un día a mi casa y le dijo que firmara unas autorizaciones», rememoró la acusada para tratar de explicarlo.

Además, recordó que «montó en cólera» cuando tuvo noticias de ese contrato falso, en una reunión en el hotel Jerez con Carretero, que le pidió otros 5.000 euros por el alta en el INSS. «Yo me negué, les dije que era de vergüenza lo que habían hecho, me levanté y me fui; por la noche llamé a José Luis y le exigí que me devolviera el dinero, pero él dijo que lo del alta era mentira de Carretero para pedirme más dinero; volví a confiar en él».

Aquel encuentro tuvo lugar apenas tres meses antes de que la Guardia Civil las arrestara a ella y a su madre. «Ese fue el peor día de mi vida», recordó Campanario. Tomada por las lágrimas, reconoció que además de «estafada», se sentía «juzgada y condenada», por el show mediático que le esperaba fuera. A pesar de todo, aseguró que nunca había perdido «la fe en la Justicia».

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