La Comisión Europea (CE) ha presentado una nueva estrategia para frenar la pérdida de biodiversidad de aquí a 2020.

Las actuales tasas mundiales de extinción de especies son 1.000 veces superiores a las tasas naturales, debido, sobre todo, a la actividad del hombre. En la UE, cerca del 25% de sus especies animales (mamíferos, anfibios, reptiles, aves y mariposas) están en peligro de extinción.

Si no se protege la biodiversidad, la pérdida anual de servicios ecosistémicos podría elevarse a 50.000 millones de euros y, para 2050, las pérdidas acumuladas en términos de bienestar supondrán el 7% del PIB, de acuerdo con diversos estudios.

Seis objetivos prioritarios

El primero de ellos consiste en completar la creación de la red de espacios protegidos Natura 2000 para garantizar una adecuada protección de especies y hábitats. En la actualidad, Natura 2000 cubre el 18% del territorio de la UE (por encima del objetivo para 2020, que es el 17%), pero Bruselas ve necesarios más esfuerzos en las zonas costeras y marinas, ya que sólo el 4% están protegidas (frente a un objetivo del 10%).

El segundo reto consiste en recuperar, al menos, el 15% de los ecosistemas degradados, en particular, aumentando el uso de infraestructuras verdes, durante la próxima década. Los Estados miembros, asistidos por la Comisión, deberán presentar sus prioridades en 2014, tal y como se acordó en la conferencia de Nagoya (Japón) el año pasado.

El Ejecutivo comunitario quiere reforzar la sostenibilidad de la agricultura y la silvicultura, de manera que las medidas de desarrollo rural financiadas por la política agrícola común den prioridad a la conservación de la biodiversidad y que se anime a los propietarios de bosques a adoptar planes de gestión sostenibles.

Bruselas propone reforzar la protección de las poblaciones de peces de la UE por considerar que, pese a la reforma de la política pesquera común en 2002, en el 88% de sus caladeros están sobreexplotadas o considerablemente mermados

El quinto objetivo pasa por controlar las especies invasoras, como el mejillón cebra. De hecho, se calcula que los costes asociados a las especies invasoras ascienden a 12.500 millones de euros al año en la UE. Finalmente, el Ejecutivo comunitario propone aumentar la contribución de Europa a una actuación concertada a escala mundial para prevenir la pérdida de biodiversidad.

La ministra de Medio Ambiente, Rosa Aguilar, y otros 15 ministros de la UE (Bélgica, Bulgaria, Chipre, Dinamarca, Francia, Alemania, Grecia, Malta, Rumanía, Eslovenia, Suecia, Reino Unido, Italia y Hungría, país que ejerce durante este semestre la presidencia europea) han suscrito una declaración conjunta en la que piden medidas «concretas y eficientes» para conservar la biodiversidad.