Hasta ahora habían pasado inadvertidos ante los ojos de los satélites
Los investigadores de la Universidad de Duke han contabilizado hasta 657 nuevas islas barrera gracias al cruce de imágenes tomadas desde el espacio, mapas topográficos y cartas de navegación.
Las islas barrera se llaman así por su forma estrecha, alargada y de poca altura. Aunque pueden tener vegetación, casi toda su superficie suele estar cubierta de arena y se disponen en paralelo a la costa continental. Quizás por esa cercanía a tierra firme han pasado inadvertidas durante tanto tiempo. Se prolongan en largas cadenas que pueden superar la docena de islas con extensiones que, en algunos casos, sobrepasan el centenar de kilómetros. En las costas de Brasil, por ejemplo, han identificado una cadena de 57 islas que se prolongan 571 kilómetros.
Cada continente cuenta con sobrados ejemplos más, excepto la Antártida. Los residentes de Nueva York, sin ir más lejos, pueden llegar en una hora a Fire Island, un espacio protegido de más de 50 kilómetros de largo que en verano se convierte en uno de los destinos preferidos de los bañistas.
Pero que nadie piense que estas 657 islas han aparecido ahora por arte de magia. Han estado siempre ahí, pero se habían pasado por alto. Los científicos creían que no podían existir en lugares con mareas estacionales superiores a los cuatro metros.
Con la nueva actualización, el número total de este tipo de islas se eleva ahora a 2.149 en todo el mundo, frente a las 1.492 registradas en 2001, cuando las imágenes por satélite aún eran un lujo.
Sigue leyendo la noticia en www.lasprovincias.es


