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«No pido cadena perpetua, solo que salga el día que se muera»

Santiago Busqué, una víctima de ETA en la República Dominicana siente «impotencia y dolor» por la excarcelación de Antonio Troitiño

c.m

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«Estás acostado y tienes pesadillas. Oyes el bombazo y ya el sueño no vuelve. Ayer sentí algo parecido a cuando excarcelaron a De Juana: la misma impotencia, el mismo dolor. ¿Por qué la Fiscalía no ha actuado antes? Lo hace ahora a la vista del escándalo que se ha montado. Ahora que le busquen, que busquen al asesino a ver si lo encuentran, como pasó con el otro».

El otro es Juan Ignacio de Juana Chaos , el compañero de comando de Troitiño . «Mi regalo de cumpleaños el 2 de agosto de 2008 fue su salida de prisión. Estos son los peajes que hay que cumplir. Los que cumple el Gobierno, tanto durante la negociación conocida como en la desconocida. Yo creo que el juez de Vigilancia Penitenciaria y Prisiones tendría algo que decir. Pero ya se sabe». El argumento de que no son responsables en este caso no le amaina.

Santiago tiene un centenar de puntos en el cuerpo por culpa del atentado; los tímpanos reventados y al cabo de casi 25 años asegura que le quedan cristales y esquirlas pegados al cuero cabelludo. Un día, hace unos cuatro años, un forense de la Audiencia Nacional en una revisión le soltó: «¿No se ha dado usted cuenta de que está enfermo?». «Yo padecía lo mío y tiraba como podía pero de mí no se preocupó nadie. A las víctimas nos apartaban, les estorbábamos». En el año 2007 un tribunal médico militar lo mandó al retiro por lesiones psicológicas .

«Yo no pido la cadena perpetua, solo las penas íntegras, que salga de prisión el día que se muera». Ese es su mensaje claro y por el que es miembro de la Asociación Víctimas del Terrorismo.

«Siempre me sentaba en el autobús con Nacho y esa mañana me tenía guardado el sitio. Ahí te quedas, le dije, que me voy con el Gallego. Toda la vida tendré que cargar con ello. Murió otro compañero en mi lugar . Yo tenía 19 años y ahora 44, pero ni un solo día pasa que no me acuerde de ellos, dos de los mejores amigos que uno puede tener».

«Ya tenemos otro héroe para dar conferencias»

«A Troitiño le odio igual y le seguiré odiando. Que él se aproveche de esos beneficios no le hace peor, pero el legislador está siendo muy negligente y trabajando solo en el corto plazo. Ahora sale y ya tenemos otro depredador activo o pasivo, otro héroe en la calle que en poco tiempo estará dando conferencias y alentando a su tribu». Quien así se expresa fue víctima hace casi 25 años del sanguinario Antonio Troitiño. Es guardia civil y sigue en activo, con más ilusión que nunca y con sus heridas a ratos. No puede, no debe dar la cara, pero no por eso tiene que callar. «Si la teoría dice que las penas tienen que tener un efecto reeducador habrá que ver si esa reeducación se ha conseguido y, si no, cambiar la teoría. No se trata de venganza, sino de aplicar la ley. La sensación que nos provocan estas decisiones es que ni el Gobierno ni la Justicia trabajan con una idea clara, sino a golpe de improvisación y, si me apura, cierta connivencia». Es lo que se denomina la tercera muerte; victimización terciaria. La víctima sacrificada y el autor, ensalzado.

«Sentí que vivía en un país tercermundista»

«¿Qué le puedo decir? ¿Cuánto dolor, rabia e indignación se puede sumar al dolor. Imagine que matan a su hijo o a su hermano y que el asesino probado está menos de un año y medio en la cárcel. Pues esto es lo mismo pero multiplicado por 22 personas. Doce eran mis compañeros; dos mis mejores amigos». Él, también Guardia Civil en activo, también pasajero del autobús de la muerte de la República Dominicana, no se muerde la lengua.

«Cuando salió De Juana sentí que vivía en un país tercermundista, que mi uniforme no se correspondía con lo que era este país. Y ahora más. No sé qué hay detrás. Para mí solo desconcierto. Ayer, uno de mis compañeros también víctima de Troitiño y al que le dieron hace poco la baja definitiva por las secuelas que arrastra me contaba que iba a la cárcel de Jaén a manifestarse en la puerta contra la excarcelación de Sagarduy. No tenía ni idea de que quien le ha destrozado a él la vida estaba saliendo en ese momento en libertad. Antes nos escondían y ahora nos siguen machacando y yo mientras trabajo de verde»

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