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Mucho ruido y tres detenciones en el primer día sin burka en Francia

Decenas de manifestantes protestan contra la ley que veta el uso del velo en espacios públicos

Mucho ruido y tres detenciones en el primer día sin burka en Francia EPA

JUAN PEDRO QUIÑONERO

La Ley que prohíbe el uso del burka y el niqab en Francia, en lugares públicos, comenzó a aplicarse ayer, disolviendo una manifestación de decenas de personas y procediendo a la detención, durante unas horas, de tres mujeres jóvenes que habían decidido protestar ante la catedral de Notre Dame. Acudieron allí vestidas con diversas modalidades de velos islámicos, prohibidos y autorizados.

La asociación Touche pas à ma Constitution (No toques a mi Constitución) había convocado, sin autorización, varias «manifestaciones» de protesta contra la Ley que prohíbe el velo islámico integral, ante el Elíseo y la catedral de Notre Dame. El ministerio del Interior ordenó la «dispersión» de los reducidísimos grupos de manifestantes, apenas una veintena ante el Elíseo y en torno al medio centenar ante Notre Dame. Alexis Marsan, comisario responsable de la operación, advirtió a las manifestantes que su posible detención no tendría nada que ver con el uso de ningún velo islámico: «Se trata de disolver una manifestación no autorizada».

Rachid Nekkak, responsable de la asociación organizadora, comentaba: «Deseamos que las mujeres que se manifiestan sean detenidas por llevar el niqab». Deseo fallido. Ninguna fue detenida por tal delito. La única manifestante que llevaba un velo integral islámico, Kenza Drider, llegada especialmente desde Avignon, para manifestarse, declaraba: «Llevaré mi velo islámico cuando lo considere oportuno... la ley pisotea mis derechos como europea que desea defender su libertad religiosa».

La jerarquía religiosa musulmana considera la ley «inoportuna», pero invita a la «tranquilidad». Entre los imanes hay muchos partidarios de la Ley, como es el caso del imán de Drancy, que hace semanas declaraba a ABC: «He sido amenazado por defender la ley y un islam moderado».

Según un estudio del Instituto Open Society, una mayoría significativa de las 2.000 mujeres que usan el burka en Francia, según el ministerio del Interior, son francesas convertidas al islam recientemente. Y muchas de ellas visten el burka o el nigab como «protesta», con la fe de las conversas más recientes. El 90% de ellas tienen menos de 40 años. Esas cifras pudieran sugerir que el uso del burka, en Francia (65 millones de habitantes), tiene algo de «moda».

Por su parte, la policía ha recibido consignas de «discreción» para aplicar una ley que será castigada con 150 euros de multa a las posibles usuarias del velo integral islámico. Los maridos o familiares que obliguen a las mujeres a tal uso podrán ser castigados con penas de prisión y multas de 30.000 hasta 60.000 euros.

La ley adoptada el 11 de octubre prohíbe el uso del burka en lugares y servicios públicos (donde el uso de signos religiosos «ostentosos» ya estaba prohibido desde el 2004), pero el ministerio del Interior ha dado orden de evitar las detenciones en las inmediaciones de mezquitas o lugares de culto.

El Consejo de Europa ha criticado con severidad las bases jurídicas de la ley, que el Sindicato de comisarios de policía estima «de muy difícil aplicación». En un comunicado oficial aseguraron que «esta ley podrá aplicarse muy poco».

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