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BALONCESTO — Jornada 29

El Madrid se sacude los complejos

Gana al fin al Barça después de seis derrotas seguidas, en un partido que se decidió en la prórroga

El Madrid se sacude los complejos EFE

EMILIO V. ESCUDERO

Ni fue tan fácil como dio la impresión al principio del partido, ni tan complicado como se preveía antes de comienzo. El Madrid consiguió quitarse el complejo que le impedía superar al Barcelona. Le jugó de tú a tú, como no lo había hecho en las últimas dos temporadas y acabó llevándose un partido que le iguala con los catalanes en la primera posición de la ACB.

Se cansó Messina de decir que este era un equipo joven que tenía que aprender de las derrotas. Lo hizo en todas y cada una de las ocasiones en las que el Barcelona le mojó la oreja, que dicho sea de paso, fueron muchas. Demasiadas. Llegó a repetirlo tantas veces que el discurso acabó por cansar a la parroquia blanca, harta de ver cómo una y otra vez salían escaldados en sus enfrentamientos contra los azulgranas. Con la moral comida por la historia reciente, los clásicos habían dejado la emoción a un lado. El monólogo catalán había enfriado el duelo, aunque ayer se notó desde el primer instante que algo había cambiado.

No había pasado ni un minuto y Anderson y Suárez ya se habían intercambiado la tarjeta de visita. El enganchón encendió al Madrid, que se hizo ilusiones, soñando con un triunfo sencillo tras un parcial de 13-0, que puso el marcador extrañamente favorable para sus intereses (15-4). Los blancos no habían manejado una renta así nunca en los últimos enfrentamientos contra el Barcelona. Un abismo que, lejos de tranquilizar los ánimos, provocó el caos en el equipo de Molin. Xavi Pascual movió el banquillo para buscar soluciones. En ausencia de Navarro, fue Grimau el que tomó el mando. El capitán lideró la remontada del Barcelona, que equilibró el choque antes del descanso.

El Madrid recibió la peor noticia del partido mediado el tercer cuarto, cuando Llull se quedó tirado en el suelo, con la mano en su muslo izquierdo. El balear no volvió a jugar y su período de baja será una incógnita hasta la próxima semana. Su buena actuación la retomó Suárez, tan acertado desde la línea de tres como el pasado jueves ante el Valencia. A pesar de que la renta blanca llegó hasta los nueve puntos, el Barça no se rindió. Aprovechando que el Madrid estaba más pendiente de los árbitros que de jugar al baloncesto, Ingles y Sada le dieron la vuelta al marcador, llevando a su equipo a una prórroga que parecía imposible a cinco minutos del final.

En ese momento, hizo su aparición Anderson, el verdugo de la Copa, ausente todo el partido, pero el único que se atrevió con el aro blanco en el tiempo extra. Su eliminación por faltas abrió el cielo al Madrid, que se apoyó en Tomic para consumar una victoria que cierra la herida blanca. Lección aprendida.

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