Hazte premium Hazte premium

EE.UU. adopta el mayor recorte presupuestario de su historia

En el último momento posible, demócratas y republicanos evitan el «cerrojazo» del gobierno federal eliminando partidas por valor de 40.000 millones de dólares

EE.UU. adopta el mayor recorte presupuestario de su historia EFE

PEDRO RODRÍGUEZ

Casi en el último momento posible antes de un forzado "cerrojazo" en el gobierno federal de Estados Unidos previsto a partir de la medianoche del viernes, republicanos y demócratas han llegado finalmente a un acuerdo presupuestario que incluye lo que ambas partes califican como el mayor ajuste de gasto público anual en la historia americana. El entendimiento alcanzado incluye una medida temporal de financiación hasta la semana que viene. Margen de maniobra durante el que el Congreso federal se ha comprometido a formular unos presupuestos definitivos para los restantes seis meses del actual año fiscal.

El acuerdo implica unos recortes estimados en unos 40.000 millones de dólares que afectarán sobre todo a partidas presupuestarias domésticas y de ayuda exterior . Aunque sin llegar a la financiación de cuestiones tan controvertidas como programas de planificación familiar en Estados Unidos. Cuestión que durante el viernes de continuas negociaciones a puerta cerrada había llegado a poner en peligro la posibilidad este acuerdo presupuestario al mezclar la explosiva cuestión del aborto.

El pacto fiscal tiene el potencial de ahorrar medio billón de dólares durante la próxima década y ayudar a frenar los insostenibles números rojos acumulados por las arcas públicas americanas durante la mayor crisis desde los años treinta. Según ha reconocido el presidente Obama, que llegó a amenazar con vetar cualquier nuevo intento de parche temporal, algunos de los recortes acordados anoche "serán dolorosos" y él hubiera sido el primero en no aceptarlos en mejores circunstancias. Pero a su juicio, al final resultaba imperativo no caer en un estéril pulso politizado que hubiera puesto en peligro la recuperación de la mayor economía del mundo.

En ausencia de un consenso bipartidista, si esta perfecta tormenta política en parte forzada por el "Tea Party" hubiera seguido adelante, unos 800.000 funcionarios habrían resultado de forma inmediata suspendidos de empelo y sueldo, mientras que otros varios millones de empleados públicos -incluidos los soldados en misiones de combate- habrían empezado a sufrir retrasos en el pago de sus respectivos salarios. Además del cierre o ralentización de toda clase de servicios vinculados directamente a la burocracia del gobierno federal. Desde la tramitación de pasaportes hasta investigaciones científicas pasando por los grandes museos y parques nacionales.

La Casa Blanca había argumentado que el espectáculo tercermundista que supondría la paralización del gobierno federal por diferencias políticas -con el último precedente durante la Administración Clinton en 1995- podía poner en peligro a marchas forzadas la débil recuperación experimentada por la economía de Estados Unidos. Pero a pesar de esas trascendentales consecuencias, demócratas y republicanos se dedicaron en la recta final de este pulso a compartir más reproches que soluciones , con versiones contradictorias sobre las diferencias que les impedían llegar al acuerdo finalmente materializado.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación