Adebayor vuelve a disfrutar

Lo dice un jugador que el 8 de enero de 2010 pensó que moriría. Le envió un mensaje telefónico a su madre, Alice Emiola, la mujer que le llevó a mil médicos de toda África, diciendo que iba a morir. Viajaba en el autobús de la selección de Togo, que disputaba la Copa de África , y un grupo terrorista de Cabinda atentó contra su equipo cuando la expedición entraba en Angola. Murieron el chófer y dos de sus compañeros. Ese día también ha marcado su vida.

El «shock» psicológico se agravó con su peor momento deportivo. Mancini le condenó a la suplencia en el Manchester City . Desde julio a diciembre de 2010 jugó solo doce partidos. Anotó cinco goles. El interés de Mourinho por ficharle le sacó del ostracismo.

«Todo quedó atrás y ahora solo pienso en jugar», dice. Ha sufrido mucho en el último año. Quedarse en el conjunto español es una meta que le ha devuelto la alegría. Con el equipo madrileño ha disputado diez partidos de Liga (dos goles), tres de Liga de Campeones (dos) y uno de Copa (un tanto) . Sus dos primeros tantos ante el Tottenham han cubierto con creces el coste de su cesión —tres millones—. En Liga abrió la victoria por 1-3 en Santander y anotó frente a la Real Sociedad. En Copa marcó contra el Sevilla. Es supersticioso. Durante siete años se ha puesto las mismas espinilleras . Pero ante todo es cristiano. Lleva tatuados un ángel y una Virgen. Reza por quedarse. El City pide quince millones.