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Sarkozy quiere extremar la vigilancia de la laicidad

Presenta un código de normas que inquieta a los líderes de las principales religiones

Sarkozy quiere extremar la vigilancia de la laicidad EPA

JUAN PEDRO QUIÑONERO

La resistencia unida de las jerarquías religiosas católica, judía, musulmana, protestante, ortodoxa y budista ha conseguido que el partido de Nicolas Sarkozy — la Unión por un Movimiento Popular (UMP)— modifique de forma significativa su proyecto de Código de la laicidad y la libertad religiosa, un texto que tenía originalmente una dimensión mucho más dura contra el Islam.

La UMP presentó ayer su Código de laicidad, que a partir de ahora deberá desarrollarse con decretos y proyectos de ley destinados a «enmarcar» la práctica religiosa en unas «normas comunes» que eviten las «derivas» y permitan «corregir» riesgos de enfrentamientos en los servicios públicos, en las empresas y en la vida cotidiana en general. Desaparece así toda referencia concreta al Islam o a cualquier otra religión.

El proyecto de la UMP, presentado por su secretario general, Jean-François Copé, tiene un tono final muy «ecuménico», tras haber sufrido la crítica directa de un texto común firmado por las más altas jerarquías de seis religiones. André Vingt-Trois, arzobispo de París y presidente de la Conferencia Episcopal francesa, decidió hace días aprobar, apoyar y firmar personalmente un documento crítico contra el proyecto del partido de Sarkozy. En la rubrica estuvo acompañado por Mohammed Moussaooui, presidente del Consejo nacional de culto musulmán; Gilles Bernheim, Gran rabino de Francia; Claude Baty, presidente de la Federación protestante de Francia; Emmanuel Mouisson, presidente de la Asamblea de obispos ortodoxos, y Olivier Wang-Genh, presidente de la Unión budista de Francia.

Tras la crítica y advertencia solemne de las jerarquías de seis religiones, la UMP presentó ayer sus proposiciones en materia de laicidad y libertad religiosa insistiendo en que no se trata de «estigmatizar» a nadie. El partido de Sarkozy propone tres campos de trabajo: Crear un código de la laicidad y la libertad religiosa, reafirmar el principio de laicidad y garantizar la libertad religiosa en la República.

El desarrollo de esas tres áreas de acción política ha puesto sobre la mesa 26 proposiciones que tendrán que concretarse en forma de leyes, decretos y directrices administrativas. Algunas entrarán en vigor de forma inmediata y otras se podrán aplicar a partir de 2012.

La UMP propone que un futuro Código nacional de la laicidad reagrupe en un cuerpo jurídico único toda la jurisprudencia en materia de laicidad, reafirmada a través de una ley o un voto en la Asamblea Nacional, confirmando los principios de laicidad y libertad religiosa.

«Reglas comunes»

A través de la reafirmación del principio de laicidad, la UMP propone medidas legislativas y decretos que afectan masivamente a posibles derivas del Islam francés. Las «reglas comunes» deberán prevalecer sobre las creencias religiosas en la vida diaria. La enseñanza de la laicidad deberá ser obligatoria en los servicios públicos, donde comienza a ser significativa la presencia de musulmanes franceses (hay cinco millones en el país). La «neutralidad laica» deberá ser la norma en todos los servicios públicos, desde la enseñanza a los hospitales, donde se producen sistemáticamente tensiones de carácter religioso.

En la práctica, esas «reglas comunes» del posible Código de la laicidad francesa están dirigidas contra algunos comportamientos de musulmanes franceses en las escuelas, los hospitales y las calles próximas a algunos lugares de culto. Insistiendo en la garantía de la libertad religiosa, la UMP avanza posibles reglas, decretos o leyes que establezcan normas «claras» en la vida pública, la empresa y la enseñanza.

Sacrificios rituales

La UMP ha abandonado del proyecto original la idea de prohibir predicar y rezar en la vía pública, lo que había sido comparado por Marie Le Pen (extrema derecha) con una «ocupación» o «invasión». El partido presidencial prefiere insistir en otros puntos: permitir a las empresas la «reglamentación» de la práctica religiosa; «clarificar» las normas de la práctica o el culto religioso callejero; «reglamentar» de manera más estricta la matanza ritual de animales... Se trata, en la práctica, de dar a las empresas y los alcaldes la posibilidad de intervenir ante frecuentes comportamientos de musulmanes que plantean ciertos problemas de fondo, durante el Ramadán y los días de oración colectiva, callejera, en ocasiones.

Sin nombrar nunca al Islam, la UMP sugiere una amplia relación de posibles medidas legislativas y decretos para «enmarcar», «restringir» y evitar las tensiones provocadas por las diferencias culturales o religiosas de fondo.

El cardenal André Vingt-Trois, presidente de la Conferencia Episcopal, la máxima jerarquía religiosa católica francesa, reaccionó con cierta reserva ante las proposiciones de la UMP: «Reducir la comprensión de la laicidad a su concepción más firme correría el riesgo del rechazo contra cualquier expresión religiosa en nuestra sociedad. Los diferentes discursos del presidente de la República dejaban esperar una aplicación más suave y más abierta de las leyes y reglas que definen nuestro pacto republicano».

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