«Evita convenció a Franco para conmutar una pena de muerte»
Ignacio Martín Cloppet, abogado, revela los orígenes de Eva Duarte y Juan D. Perón
-Sobre los cadáveres exquisitos de Evita y Juan D. Perón, que rigieron Argentina, se han rasgado innúmeros ensayos, biografías, estudios, libros...
-...Sí, pero todos están huérfanos de documentos y fundamentos sólidos. Defecto en el que cayeron no pocos y renombrados historiadores, peronistas y antiperonistas, foráneos y vernáculos. Son textos escritos sin apenas rigor histórico, en forma inexacta, parcial...
-Se ha dicho que Perón fue indígena, que sus abuelos eran de la tribu mapuche...
-Esa es una forma de «ideologizar» los orígenes de Perón. Cuando a la madre de Perón le preguntaron si era india, levantó la pollera y espetó: «Mire el color de mi pierna». Tiene ancestros criollos, no indígenas, sin desmedro indígena, por el amor de Dios.
-En «Los orígenes de Perón y Eva Duarte», con 42 documentos inéditos, desvela sus orígenes vascos.
-Perón tiene unos ancestros por el lado de su abuela paterna —Dominga Dutey Bergouignan— vasco-franceses. Son oriundos del Cantón de Saint Etiene de Baigorry. Evita también tiene sangre bien vasca: sus abuelos paternos fueron François Uhart —luego devenido como Duarte— y Marie Manechena Etchegoyen, originarios del País Vasco, lado francés, en las comunas Lapiste y en Souraide, cantón de Espelette; por el lado materno, Ibarguren, Eva Duarte procede del País Vasco español.
-¿Era Evita pobre?
-Tanto las familias de Perón como la de Eva Duarte eran «acomodadas». El padre de Evita, Juan Duarte, era un caudillo conservador.
-Con dos vidas, y mucha descendencia.
-Tenía la «casa grande» y la «casa chica»; es decir, su familia legítima a 160 kilómetros de Buenos Aires, en Chivilcoy, con su mujer, que era prima suya, y 16 hijos legítimos. Y a cien kilómetros de Chivilcoy estaba Los Toldos, donde Juan Duarte vivía y conoció a la señora Juana Ibarguren, con quien tuvo 5 hijos. Evita vivió en carne propia las necesidades sociales, y dará al pueblo lo que a ella le faltó.
-Desmitifica que Juana Ibarguren y sus hijos [entre ellos Evita] no fueron rechazados por los Duarte cuando fue al funeral de su amante.
-Dos mujeres —una de ellas, mi abuela Pekia Elgoyhen de Cloppet—, presentes en el entierro, lo relatan, y echan por la borda la hipótesis del rechazo de la familia legítima hacia la ilegítima.
-¿Por qué la alta alcurnia despreciaba a Evita?
-La discriminó porque la consideraba una actriz —en ese momento lo era—, y estaba mal visto en los años 30, 40. Eva Duarte dio a las mujeres derechos que no tenía: voto, descanso tras dar a luz...
-¿Qué significa ser peronista hoy en Argentina?
-En algunos sectores, todavía mala palabra. La animadversión de la oligarquía y el desprecio hacia el peronismo es muy acentuado. Perón, al frente del Gobierno, y a su lado Evita devolvieron a Argentina lo que la oligarquía le negó. Perón dio al pobre lo que vio en las injusticias de su familia.
-¿Tuvo Perón relación con el régimen de Franco durante su exilio en Puerta de Hierro?
-Sostengo que no las hubo, ni mucho menos.
-¿Y en el caso de Evita?
-Cuando ella llega a Madrid el 8 de junio de 1947, Evita tuvo muy clara su misión: «¡Mujeres españolas!, no he venido a formar un eje Buenos Aires-Madrid sino a tender un arcoiris de paz...».
-Y Franco, ¿intentó acercarse a Perón?
-Mientras estuvo exiliado en España, no. Cuando llega a Madrid Eva Duarte, ella recibe un telegrama: «Por favor, a mi me han fusilado a mi padre y ahora van a fusilar a mi madre. Firmado: Alexis Jiménez». Era un niño de 12 años, hijo de una militante comunista, Juana Doña Jiménez, condenada a muerte acusada de construir la bomba que el PCE colocó en la Embajada argentina. Franco le conmutó la pena de muerte gracias a Evita; a sus compañeros los fusilaron. Evita se lo pidió directamente a Franco. Franco no le pudo decir: no.
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